jueves, 13 de octubre de 2022

Encuentran un calamar gigante en Canarias


Un ejemplar de calamar gigante (Architeuthis dux) de más de tres metros de longitud y alrededor de unos 200 kilos de peso ha sido encontrado flotando a unas tres millas al suroeste de Tenerife, en el canal marino entre esta isla y la de La Gomera.

El Architeuthis encontrado. Foto: Teo Lucas

El animal fue hallado muy poco después de que muriera, pues aún presentaba impulsos eléctricos en su cuerpo y algo de movilidad además de encontrarse “brillante y conservar los ojos, que son los más grandes del reino animal, del tamaño de un balón de balonmano", según explica Teo Lucas, profesor de Educación Física del Instituto Benito Pérez Armas, quien se encontraba en el puerto de Los Gigantes y recogió el cuerpo en su embarcación, el Steno, alrededor de las 13:00 horas del pasado sábado, día 8.

Lucas, que es también fundador de la Asociación Gigante Azul, cuenta que "fue un barco que se dedica a realizar rutas de observación de cetáceos para los turistas" quien le dio el aviso del avistamiento de este calamar gigante. Muy poco después recibió otro aviso de otro barco señalando que "el calamar medía más de dos metros y se encontraba en un estado muy fresco", comenta este amante de la naturaleza que lleva documentando especies marinas desde 1998. 

Foto: Teo Lucas

Lucas se dirigió con su embarcación zodiac hacia las coordenadas que le habían dicho, "a unas seis o siete millas del puerto de Los Gigantes", aunque el animal lo encontró "a unas dos o tres millas de la costa suroeste de Tenerife", según ha informado a medios locales. "Tenía una mordida de un cetáceo en la parte superior de su cuerpo, donde se concentran los órganos más importantes, pero estaba prácticamente intacto”, aseguró.

Gracias a la colaboración de varias instituciones y particulares de la flota de Los Gigantes se coordinó el rescate del cuerpo del calamar. "Tuvimos que sacarlo entre tres personas de la zodiac ya que era enorme y pesaba muchísimo".

Un nido de kraken

La proliferación de hallazgos de Architeuthis en esta zona avala la hipótesis que mantienen científicos como el biólogo Alejandro Escánez, de la Universidad de Vigo, que señala que las aguas entre Tenerife y La Gomera son una zona de caza y reproducción de los calamares gigantes, una afirmación que estaría refrendada por el hecho de que la mayoría de los ejemplares encontrados son hembras.

Foto: Teo Lucas

«En un estudio comparamos el sur de Tenerife con otras zonas donde aparecen con frecuencia y hay autores que dicen que la topografía influye, con canales y grandes pendientes en talud», indica Escánez. «En Canarias no tenemos ese tipo de canal, pero la morfología de los taludes de La Gomera y Tenerife forman un falso cañón submarino que parece favorecer a este tipo de animales, que lo usan como zonas de alimentación y reproducción»

Hasta 2007 se pensaba que los calamares gigantes solo tenían como depredadores a los cachalotes, pero ese año se pudo comprobar en Tenerife que los calderones tropicales también se alimentan de estos enormes invertebrados. Y con el hallazgo documentado este mismo sábado por parte de Teo Lucas, la hipótesis podría tener mayor peso pues como él mismo relata "poco antes de llegar al lugar en el que estaba flotando este kraken, avistamos un macho adulto de calderón", un cetáceo que prolifera en esta zona y es capaz de expulsar a los cachalotes y otras especies competidoras por los recursos de los que se alimentan.

Estudiar los avistamientos de la zona

En 2019, Escánez ya refería que "en Canarias, en los últimos años se ha realizado un esfuerzo en recopilar todos los avistamientos de calamares gigantes y otras especies de grandes cefalópodos gigantes que tenían las gentes del mar, pescadores, marineros, patrones de barcos de avistamiento de cetáceos y fotógrafos de la naturaleza, entre otros. Todos los avistamientos documentados con vídeo o fotografías correspondieron a especímenes ya muertos que aparecían en la superficie del mar".

Tras esta recopilación de datos -que abarcó un periodo de 24 años-  los investigadores observaron que había zonas del archipiélago canario que constituyen zonas calientes o de alta concentración de estos avistamientos, lo que les sugirió que eran hábitats importantes para estas especies de grandes calamares. "En esas mismas zonas se ubican poblaciones residentes de cetáceos de buceo profundo como el calderón tropical, que cazan a estos calamares", indica Escánez.

Detalle de uno de los ojos. Foto: Teo Lucas

Los resultados de esta investigación fueron presentados en 2018 en el congreso internacional de ciencias marinas (ISMS) de la Universidad de Vigo y formaron parte del artículo científico Sea of giants: a hot-spot of giant cephalopods in the Canary Islands (Mar de gigantes: un punto caliente de cefalópodos gigantes en el Islas Canarias), un estudio en el que se documenta medio centenar de ejemplares recogidos en aguas canarias.

Esperando la necropsia

La estrategia defensiva de estos calamares gigantes frente a sus depredadores es variada. Pueden arrojar tinta como hacen otros cefalópodos o -si son atrapados por sus rejos- pueden hacer un movimiento brusco para liberarse aunque eso suponga que queden cercenados, ya que se trata de un mal menor al volverles a crecer pasado un tiempo.

Sin embargo, en esta ocasión, Teo Lucas cuenta que cuando subió el ejemplar a su barco, la cubierta "se llenó de tinta" y explica que eso pudo deberse a que su sistema de circulación se pudo colapsar al subir a la superficie muy rápido, lo que le habría impedido expulsarla para intentar escapar de su depredador.

Foto: Teo Lucas
Lucas rememora cómo fue el momento en el que llegó a la zona en la que estaba el calamar flotando: "Lo avisté, me lancé al agua y no me lo podía creer. Medía unos tres metros, contando con el tamaño de las dos mazas, y su estado era espléndido". Luego, cuando lo subió al barco, se puso en contacto con Alejandro Escánez y se preparó todo el protocolo en el puerto de Los Gigantes para que miembros del Instituto Español de Oceanografía (IEO) acudieran al lugar para preservar el animal congelándolo a la espera de que se le pueda realizar la necropsia el próximo mes de diciembre.

"Es la primera vez que podemos estudiar a un animal tan entero. Hasta ahora no habíamos encontrado ninguno que estuviera en tan buen estado. Esto nos va a permitir saber mucho más de este desconocido animal, como por ejemplo qué come, qué edad tienen, a qué profundidad viven... Lo habitual es encontrar restos de ejemplares que quedaron malheridos o muertos por el que creemos es su depredador natural, los calderones", explica Escánez.

Estaremos atentos a los datos que la necropsia pueda ofrecer sobre la fisiología y otros aspectos de estos impresionantes colosos de las profundidades…


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