Como cada año, el Colegio
de Ciencias Ambientales y Silvicultura (ESF) de la Universidad Estatal de Nueva
York, publica su lista de las diez
especies descubiertas el año anterior que más han impactado a científicos y
público en general. En esta ocasión, una bacteria canaria forma parte de este
reducido club de los elegidos.
Desde 2008, ESF selecciona diez especies recientemente
descubiertas y nombradas que demuestran lo grande, pequeña, bella y extraña que
es la vida desconocida. La lista se publica cada 23 de mayo en reconocimiento
al cumpleaños de Carolus Linnaeus, el botánico sueco que desarrolló el moderno
sistema de taxonomía que todavía utilizamos para clasificar a los animales según
su género y especie.
La lista de este año incluye un árbol que se extiende hacia
el cielo, una criatura unicelular descubierta en un acuario que no encaja en
ningún grupo conocido de organismos similares, un escarabajo que se disfraza
como una hormiga, un león marsupial extinto que solía vagar por Australia o una
bacteria volcánica canaria. En total, dos vegetales y ocho animales.
"Si no las
encontramos y nombramos ahora, muchas de estas especies se perderán para
siempre. Sin embargo, pueden enseñarnos mucho sobre las complejidades de los
ecosistemas y los detalles de la historia evolutiva", señaló en un
comunicado de prensa Quentin Wheeler, presidente de la ESF.
"Cada uno de
ellos ha encontrado una manera de sobrevivir contra las probabilidades de que
cambien la competencia, el clima y las condiciones ambientales. Así que cada
una puede enseñarnos algo que realmente vale la pena saber", ha
añadido.
Estas son las diez especies nuevas más importantes para 2018,
según la ESF, cuyo comité de selección está presidido por el español Antonio G. Valdecasas, del Museo de Ciencias Naturales de Madrid.
Ancoracysta twista
(San Diego, California, USA)
Este protista unicelular fue hallado en un coral cerebral en
un acuario tropical en la Institución de Oceanografía Scripps, por lo que se
desconoce su origen en la naturaleza. No es un animal, planta u hongo, sino un
eucariota. Su material genético existe en un núcleo que está unido a una
membrana. La nueva especie no encaja con ningún otro grupo conocido de
protistas. Este depredador usa un flagelo parecido a un látigo para moverse y
tiene organelos como arpones para ayudarlo a alimentarse de otros protistas. El
nombre científico se deriva del movimiento giratorio que ayuda al protista a
nadar.
Dinizia jueirana-facao
(Brasil)
Pese a medir más de 40 metros de altura y sobrepasar el
dosel de las masas arbóreas donde habita (en los bosques semicaducifolios
atlánticos de Brasil) este gigante acaba de ser descrito. Pertenece al género
de leguminosas Dinizia, del que hasta
ahora solo se conocía la especie D.
excelsa, descubierta hace casi 100 años en los bosques amazónicos.
Actualmente solo se han localizado 25 ejemplares en la Reserva Natural Vale de
este gigante cuyo peso se estima que puede llegar a las 60 toneladas.
Tiene frutos leñosos de medio metro de longitud y forma
parte de los bosques atlánticos que dan refugio a más de 2.000 especies de
vertebrados que incluyen más de la mitad de las especies amenazadas de Brasil.
La superficie de este tipo de bosques se ha visto reducida en más del 15%, este
hecho y la fragmentación que sufre pone en peligro a D. jueirana-facao y a cientos de especies más.
Epimeria quasimodo
(Océano Atlántico)
Nombrado a partir del personaje creado por Victor Hugo, es
un pequeño crustáceo de unos 5 cm de longitud, que luce un exoesqueleto tan
curvado que hace que parezca que tiene joroba. Es una de las muchas especies
del género que pueblan el Océano Austral, caracterizado por tener una
morfología y colores espectaculares, con adornos crestados que recuerdan a los
dragones mitológicos.
Nymphister kronaueri
(Costa Rica)
Este pequeño escarabajo vive exclusivamente de una especie
de hormiga militar, Eciton mexicanum.
El cuerpo del escarabajo es del tamaño, forma y color precisos del abdomen de
una hormiga trabajadora. El escarabajo usa sus partes bucales para agarrar la
parte delgada del abdomen del huésped y colgarse, dejando que la hormiga camine.
Cuando las colonias de hormigas nómadas se detienen durante unas semanas para
hacer redadas, los escarabajos se mueven, pero se vuelven a unir antes de que
las hormigas se muevan. Los escarabajos tienen una señal química que evita que
se conviertan en presas, pero los científicos aún no han resuelto esa
hipótesis. El biólogo Daniel Kronauer descubrió la especie, de ahí su nombre
científico.
Pongo tapanuliensis
(Sumatra, Indonesia)
En 2001, los orangutanes de Sumatra y Borneo fueron
reconocidos como dos especies distintas, Pongo
abelii y P. pygmaeus. En 2017, un
equipo internacional de investigadores, gracias al examen de parámetros
genéticos y morfométricos, así como el análisis de variables de comportamiento,
ha concluido que una población aislada en el límite del rango meridional de los
orangutanes de Sumatra, en Batang Toru, es otra especie diferente P. tapanuliensis, de tamaño algo menor
al de otros orangutanes, con hembras de 1,2 m de altura y machos menores de 1,5
m.
Los datos genéticos sugieren que mientras las especies de
Sumatra y Borneo se separaron hace 674.000 años, esta especie del sur de
Sumatra divergió mucho antes, hace alrededor de 3,3 millones de años. En la
actualidad, este gran simio es el más amenazado del planeta. Se estima que solo
quedan alrededor de 800 individuos en un hábitat fragmentado repartido en unos
1.000 km2 aproximadamente. Viven en colinas de elevación media y bosques entre
300 y 1.300 metros sobre el nivel del mar.
Pseudoliparis swirei
(Océano Pacífico occidental)
Este pez, muy parecido a un renacuajo, vive en el fondo de
la fosa de las Marianas y es el pez con el hábitat más profundo confirmado en
el mar. Fue descubierto viviendo entre 6.700 y 7.920 metros debajo de la
superficie. (Se cree que los peces no pueden sobrevivir a menos de 8.230
metros). Con solo unos 10 centímetros de largo, este depredador fue atraído por
trampas hechas con caballa.
Sciaphila sugimotoi (Isla Ishigaki, Japón)
Esta hermosa planta, que presenta pequeñas flores entre
septiembre y octubre, vive en armonía simbiótica con un hongo. Mientras que la
mayoría de las plantas capturan la energía del sol para crecer, esta flor
recibe nutrición del hongo sin dañarlo. Solo alcanza aproximadamente 10
centímetros de alto y está en peligro crítico, con solo unos 50 ejemplares
hallados en la isla de Ishigaki. Se llama así por Takaomi Sugimoto, quien
encontró y recolectó los primeros ejemplares de la flor.
Thiolava veneris
(El Hierro, Canarias)
La primera colonia de estas bacterias del tipo “pelo de venus” apareció por primera vez
tras una erupción volcánica en las Islas Canarias. Se convirtieron en los
primeros habitantes del volcán submarino Tagoro, en la costa de la isla de El Hierro,
tras su erupción en 2011.
Este fenómeno natural aumentó la temperatura del agua, limitó
la cantidad de oxígeno e incrementó la de dióxido de carbono y sulfuro de
hidrógeno, eliminando gran parte del ecosistema marino existente y creando esta
nueva especie -descubierta tres años después de la erupción- formando una estera blanca alrededor del cono
volcánico.
Wakaleo schouteni
(Australia)
Por desgracia, este león marsupial desapareció de los
bosques australianos del noroeste de Queensland hace 23 millones de años. Aún
así, los científicos de ESF han considerado su descubrimiento lo suficientemente
importante como para incluirlo en esta lista.
Los científicos de la Universidad de Nueva Gales del Sur han
recuperado fósiles de esta especie–que pesaba cerca de 22 kilos- en el área del Patrimonio Mundial de
Riversleigh, Australia, que resultó ser un león marsupial desconocido hasta
entonces. Su nombre es un homenaje al conocido paleoartista Peter Schouten.
Xuedytes bellus
(China)
Este escarabajo se parece a otros que se han adaptado a la
vida en la oscuridad permanente de las cuevas. Mide aproximadamente 9 mm. Tiene
una cabeza y un protórax - el segmento del cuerpo inmediatamente detrás de la
cabeza al que se adhieren el primer par de patas - muy alargados. Fue
descubierto en una cueva en la provincia de Guanxi, al sur de China.
Estas diez especies son consideradas como las más
importantes y forman parte de un largo listado que incluye a más de 18.000
nuevas especies que son descritas cada año. Todo un mundo aún por descubrir…
Para saber más: