Villalengua, Zaragoza |
La hipótesis de que el animal salvaje fuera una pantera sembró la alarma en la zona, como es fácil de comprender. Pero la posibilidad de encontrarse ante un gran felino no fue sólo un rumor, pues los análisis realizados hasta ese momento por el departamento de Medio Ambiente de la Dirección General de Aragón ( DGA ) revelaban que se trataba - casi con toda probabilidad - de un animal de este tipo. El estado en el que fueron hallados los corderos, sin resto de sus cabezas, y las huellas encontradas coinciden con las de un felino de "un tamaño considerable", según los expertos consultados.
Explotación donde se produjeron los ataques |
Las mismas fuentes explicaron que pese a que lo lógico - por los casos precendentes en Aragón- es pensar en animales asilvestrados, en este caso se han hallado indicios diferentes. "Por las huellas encontradas, consideramos que se trata de un animal que ha tenido que estar anteriormente en cautividad, por lo que no teme acercarse a zonas urbanizadas. En esa zona no hay ni linces, ni panteras, ni gatos monteses ", señalaban desde Medio Ambiente.
Debido a la reiteración de los sucesos y a la alarma generada entre la población, se decició instalar un dispositivo de vigilancia en la granja que parecía ser el centro de los ataques del extraño animal. La finca donde se han registrado los hechos se encontraba - aún se encuentra - a menos de un kilómetro del casco urbano por lo que la preocupación llegó hasta los habitantes de Villalengua.
Según declaró un ganadero de esta localidad, "hace un par de años se divisaron un par de gatos monteses de unos 15 kilos, por lo que en un primer momento se creyó que éstos podrían haber sido los atacantes". No obstante, para los técnicos de Medio Ambiente, la dentellada que han sufrido los corderos y las marcas de las uñas que se ven en las huellas no coinciden con las de esta especie.
Al igual que descartaron que el autor de las fechorías pudiera ser uno o varios perros salvajes, tanto por la forma de atacar ( hubiera devorado las vísceras y no sólo las cabezas ) como por la altura de la valla que rodea la granja, de más de metro y medio.
Otra vista de la explotación en la que se aprecia la altura de las vallas |
El felino de gran tamaño que, según las investigaciones de Medio Ambiente, merodeaba la zona consiguió eludir la vigilancia de los agentes de Protección de la Naturaleza y las numerosas trampas colocadas por la DGA.
Técnicos del servicio de Biodiversidad y de Medio Ambiente de Huesca se unieron a los agentes de la zona para analizar las pruebas encontradas y rastrear el entorno del establo atacado en busca de nuevos indicios que ayudaran a indentificar y localizar al animal. Pero todos los esfuerzos fueron en balde.
Incluso se colocó un pedazo de carne asada para analizar sus gustos culinarios pero, después de acercarse y olfatearlo -según se comprobó por las huellas- el animal se decantó por la cabeza de los corderos. Precisamente, su preferencia por esa parte concreta -el resto del cordero no lo toca- ha afianzado la hipótesis de que haya estado anteriormente en cautividad. "Su extraña conducta puede deberse a que fuera alimentado por humanos, y sólo le hubieran dada restos, como la cabeza de un cordero", explicaba un experto.
Al menos - eso sí - se logró que los corderos y sus dueños pudieran dormir tranquilos. El que no corrió la misma suerte fue un cachorro de perro propiedad de Jesús Gallardo que -confundido con el misterioso animal - fue abatido de un certero disparo realizado por uno de los guardas que custodiaban la granja.
Al final, el coste económico del dispositivo de vigilancia y la falta de resultados hizo que - ya en el mes de julio - el caso de la llamada Pantera del Manubles fuera perdiendo interés y acabara cayendo en el olvido de las hemerotecas. Al final, como viene siendo habitual en los casos de alien big cats, nos encontramos ante otro caso de felino que aparece, actúa y desaparece como por arte de magia sin que se pueda encontrar una explicación fiable a lo sucedido en este pueblo aragonés.