miércoles, 30 de mayo de 2012

Top 10 de nuevas especies 2011

El Instituto Internacional para la Exploración de Especies de la Universidad Estatal de Arizona  y un comité internacional de científicos ha anunciado su selección de las diez  nuevas especies más curiosas y raras descritas en 2011. "El Top Ten es una llamada de atención sobre la crisis de la biodiversidad, los exploradores de especies y los museos que continúan con una tradición de 250 años de descubrimientos y descripción de las millones de especies de plantas, animales y microbios con los que compartimos este planeta", declaró Quentin Wheeler, entomólogo que dirige el Instituto.
En los primeros puestos de la lista de este año se encuentran una nueva especie de mono, el Rhinopithecus strykeri de nariz chata, que estornuda cuando llueve; la venenosa medusa Tamoya ohboya, el “Gusano del Diablo” (Halicephalobus mephisto) descubierto a 1,3 kilómetros de profundidad en una mina de oro de Sudáfrica; y un hongo con nombre de personaje de dibujos animados que huele a fruta.
El listado de estas diez nuevas especies también incluye una orquídea cuya flores se abren en torno a las diez de la noche (Bulbophyllum nocturnum), un fósil animal de una especie extinta conocida como “cactus andante” por su apariencia, y una pequeña avispa parásita, denominada Kollasmosoma sentum, que sobrevuela el suelo de Madrid para depositar sus huevos en las hormigas.
Es la primera ocasión que la lista incluye una especie encontrada en España, concretamente por especialistas del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, como podemos recordar al leer la noticia que publicamos en Criptozoología en España en el pasado mes de diciembre. La lista la completan una amapola amarilla de Nepal que florece en otoño, un ciempiés gigante y una tarántula azul hallada en Brasil.
"Son especies que llaman nuestra atención porque son inusuales o porque tienen rasgos que las hacen extrañas. Algunas de las nuevas especies tienen nombres interesantes, otras resaltan lo poco que realmente conocemos acerca de nuestro planeta", explicó Mary Liz Jameson, profesor asociado de la Universidad Estatal de Wichita (EE UU), que presidió el comité internacional.
Los miembros de este comité hicieron su selección entre más de 200 especies. Esta es la quinta edición de la lista, que se publica el 23 de mayo coincidiendo con el aniversario del nacimiento de Carlos Linneo, botánico sueco responsable del sistema moderno de denominación y clasificación de plantas y animales.

viernes, 25 de mayo de 2012

El monstruo acuático de Ecija, 1955

De vez en cuando, la investigación en las hemerotecas nos ofrece alguna grata sorpresa en forma de noticia. Entre las olvidadas páginas de los diarios, en ocasiones encontramos historias realmente curiosas que el tiempo -como suele ser habitual - ha hecho caer en el olvido. Hoy rescatamos en nuestro blog una de estas extraordinarias noticias, ocurrida -en esta ocasion- en la localidad sevillana de Ecija. El diario ABC del día 25 de noviembre del año 1955 se hacía eco de lo siguiente:

"En el recodo que el río Genil hace cerca de la ciudad, próximo a una fábrica de harinas de esta localidad, y cercano a la ribera de huertas de los llanos del valle, ha sido visto por los vecinos de dichos lugares, entre ellos Manuel Vargas Baena, Concepción Montenegro Alvarez y un sobrino de ésta llamado Adolfo Avalos Montenegro, un animal extraño, de tamaño y forma de un perro lobo, aunque con el cuerpo más alargado, lomo rubio oscuro y pecho blanco, cabeza fina, terminada en un hocico puntiagudo, saliendo de su frente dos cuernos oscuros, de unos veinte centímetros, y con rabo largo y poblado, que está causando el pánico de los horticultores.

Se han hecho algunos disparos sobre él, pero no ha podido ser capturado, pues inmediatamante se sumerge en el agua y allí permanece hasta que pasa el peligro, momento que él averigua, con un gran instinto. El animal es totalmente desconocido por estos parajes. Se supone que pertenece a la raza Manatí".

La noticia no dio para mucho más. Tan sólo mereció un par de menciones editoriales en días posteriores por parte de las redacciones sevillana y madrileña del rotativo, que insistían en la posibilidad de que se tratara de un manatí (excesivamente alejado de su hábitat, desde luego) o, como opinaron algunos técnicos consultados, de una nutria o una foca de gran tamaño. Al parecer, en los inviernos más fríos no es infrecuente ver focas en Isla Cristina o en Cartaya, aunque nunca han sido reportadas tan al interior. Como de costumbre, hubo teorías para todos los gustos pero, del extraño animal, ni rastro.

martes, 22 de mayo de 2012

Un día como hoy: exposición de monstruos en el Puerto de Gijón, 2009

Entre el 22 de mayo de 2009 y el 10 de enero de 2010, el puerto de Gijón se llenó de monstruos. Una muestra organizada por la Autoridad Portuaria presentó a los asistentes un recorrido por las especies más singulares que han conocido las costas asturianas y que han dado lugar a noticias aparecidas en la prensa local y regional, por lo inusual y extraño de las capturas realizadas.
Más de 100.000 personas visitaron la muestra, repleta de singulares peces abisales, tortugas, mamíferos, calamares, pulpos gigantes y otros monstruos marinos en la sala Antigua Rula, situada en la zona del Puerto Deportivo
Con motivo de la exposición "Puerto de Gijón: Monstruos Marinos. De la leyenda a la realidad", se editó un libro que recoge y amplía todas las curiosidades de la muestra. Para su realización se contó con el apoyo del Acuario de Gijón, el Centro de Experimentación Pesquera, el Centro Oceanográfico y el Museo Marítimo de Asturias, entre otras entidades. El catálogo puede consultarse a través de este enlace .

viernes, 18 de mayo de 2012

Los simios de El Carrizal

El Carrizal
En 2003, una vecina del municipio grancanario de El Carrizal, de nombre Joana,  fue testigo de un hecho inusual. Durante varias noches, la mujer escuchaba un peculiar pitido que le impedía dormir. Un sonido similar al que emite un ordenador, según sus palabras.
El Carrizal es un pueblo perteneciente al municipio de ingenio, situado al sureste de la isla. La historia, recogida por los investigadores Carlos Gutiérrez y Ana Canals, adquiere un nuevo cariz una noche en la que Joana, hacia las dos de la madrugada, se asoma a una ventana de su casa que da frente a una plaza arbolada.
Inmediatamente, reparó en la presencia de tres o cuatro extraños seres que estaban “como suspendidos entre las ramas”. “Tenían aproximadamente el tamaño de un niño de ocho años y aunque parecían humanos no lo eran; su aspecto era más bien de tipo animal, como de simio”, explicó.
Estos simios tenían brazos y piernas, la piel de color pálido y se movían y gesticulaban como si se comunicaran entre sí, pero -curiosamente-  carecían de rostro. La testigo pudo observar a estos extraños personajes durante tres noches seguidas y, también, varias semanas después.
Como bien afirman los investigadores del caso, este asunto parece trascender el ámbito puramente criptozoológico y adentrarse en el terreno de lo paranormal por diversas circunstancias que se dieron durante las repetidas visiones de estos seres. Así, según explicó la mujer, la zona donde se encontraban los simios estaba “como más iluminada que el resto, con una luz muy blanca”, algo poco natural, desde luego.
Vista del aeropuerto desde el municipio
También llamó la atención de la testigo que el lugar permanecía completamente en silencio durante los encuentros con estos seres; un lugar cercano al aeropuerto de Gran Canaria y que soporta un intenso tráfico aéreo, para más señas. Curiosamente, la zona recobraba su normalidad cuando Joana volvía a su cama.
Pero lo más extraño de toda la experiencia es la existencia de importantes lapsos de tiempo perdido. Aunque para la mujer sólo habían transcurrido pocos minutos asomada a la ventana, en realidad eran varias horas las que pasaban desde que se levantaba de su cama hasta que volvía a ella, como pudo comprobar más tarde.
¿Tiempo perdido? ¿Cómo en los casos de abducciones ovni? Ciertamente, este suceso parece rebasar los límites de los animales extraños para relacionarse con hechos casi más cercanos a la ufología u otros estudios afines. También, desde aquí, nos preguntamos por qué no existen fotografías de los seres, sobre todo teniendo en cuenta que fueron observados durante diversas noches en algo que parecía un encuentro cotidiano. De cualquier modo, ahí dejamos el testimonio de la inquietante experiencia que tuvo la mujer para que cada cual saque sus propias conclusiones…

lunes, 14 de mayo de 2012

Criptolibros(V): "Kraken, la pesadilla de los abismos", de Màrius Lleget

Hoy nos colocamos nuevamente el traje de buscador de libros desaparecidos y centramos nuestros esfuerzos en todo un clásico de la criptozoología española. Nos referimos a Kraken, pesadilla de los abismos, publicado por ATE en 1977 y escrito por  Márius Lleget (1917-1988), uno de los pioneros de la ufología nacional y de la divulgación científica en nuestro país.
La contracubierta de la obra nos ofrece una certera idea de lo que vamos a encontrar en su interior:
“Si algún enigma biológico queda por resolver en la Tierra es el de la existencia de seres desconocidos, de vidas y sistemas ecológicos, monstruos en el fondo del mar. A miles de metros de profundidad, a presiones insoportables para los seres de la superficie, existen seres inmensos, auténticas aberraciones de la naturaleza, necesarias a estas profundidades desconocidas, que jamás deberían subir a la superficie. Sobre los cadáveres de cachalotes que se han encontrado flotando en el Océano, se han hallado huellas de enormes ventosas mucho mayores que las del gigantesco ejemplar de Thimble Thickle. Abiertos los estómagos de estos cachalotes, en su interior se han descubierto trozos de tentáculo de calamar, de una talla desmesurada. Probablemente, estos cachalotes sucumbieron ahogados, en titánica lucha submarina con el calamar gigante, tal vez a un kilómetro de profundidad.
Durante la guerra de 1914-1918, un hecho rarísimo se produjo con motivo del torpedeamiento de un vapor británico por el submarino alemán U-28. Ante la atónita tripulación de este último, una especie de cocodrilo de veinte metros de longitud saltó por los aires a consecuencia de la explosión. Excepto si alguien perturba el equilibrio ecológico de la naturaleza y provoca tales catástrofes que, en busca de alimento o de un nuevo hábitat, estos seres se ven en la necesidad de ascender a la superficie del mar. Y entonces, el más grande de los monstruos marinos, el calamar gigante, el Kraken, puede convertirse en una auténtica pesadilla de los océanos y explicar muchas de las misteriosas desapariciones, de las catástrofes marinas que han ocurrido recientemente.
El hombre quiere y necesita colonizar el mar. Los problemas planteados por el exceso de población y la creciente necesidad de materias primas (granjas piscícolas, uranio. . .) se interfieren directamente con la ecología y con la posible irritabilidad, con el no imposible enfrentamiento de los monstruos marinos en abierta rebelión contra el hombre. Este es el tema tratado por Márius Lleget, con ribetes de nada aventurada anticipación, sino extrapolando dentro de la más rigurosa perspectiva. Cuando el hombre se debate con tantos problemas, ¿estarán ya al acecho los monstruos submarinos? Este es el tema que se plantea documental y documentadamente en las páginas del presente libro.”

La verdad es que, tras leer esto, da hasta miedo darse un chapuzón en el mar… Pero, dejando de lado el subjetivo punto de vista del autor y las lógicas limitaciones en cuanto a conocimientos que existían en la época, la obra merece la pena ser encontrada y leída. Tal vez por su particular postura antes los posibles monstruos marinos o por su carácter pionero, o por ambas cosas al tiempo, lo cierto es que si tienen la fortuna de toparse con un ejemplar de esta obra en alguna librería de viejo, háganse con ella, no lo duden…

viernes, 11 de mayo de 2012

Los extraños "perros" de Puzol

El caso que vamos a narrar a continuación fue vivido en primera persona por una amiga y lectora de nuestro blog. Por respeto, mantendremos su identidad en el anonimato, aunque todos los detalles que ofreceremos han sido ratificados punto por punto por la propia testigo.
Urbanización Alfinach
Los hechos ocurrieron en el verano de 2005, en la urbanización Alfinach, situada a unos cuatro kilómetros de la ciudad valenciana de Puzol. Hacia las ocho de la mañana, nuestra protagonista se dirigía a su trabajo –como cada día – en la citada urbanización. Mientras caminaba hacia su destino pudo observar, entre los huertos de naranjos situados pocos metros a su izquierda, unos extraños perros que captaron su atención.
Se sorprendió, en primer lugar porque en la zona nunca se han visto perros vagabundos. Recordemos que se trata de un lugar de alto poder adquisitivo donde se vigila la presencia de perros salvajes para impedirla. Además el posible acceso de estos animales hasta allí requiere necesariamente que sea por medio de la carretera que lleva a Puzol, un camino de 45 minutos a pie que cuenta, además, con una estrecha acera. Con casi toda seguridad, un perro u otro animal que se aventurase a llegar hasta la urbanización correría un grave peligro de morir atropellado debido al denso tráfico que soporta la vía.

Acceso a la urbanización
desde Puzol

Pero lo que más llamó la atención a la testigo fue el aspecto físico que presentaban los dos perros. Según nos ha relatado, observó dos canes exactamente iguales, lo que le pareció ciertamente muy extraño. Eran de color negro, con pelo corto, con un cuerpo estrecho pero bastante ancho en la zona del pecho y con una cola que terminaba como la de los leones. Caminaban a paso ligero, tranquilos, sin ladrar, aparentemente ajenos a lo que sucedía a su alrededor. Marchaban muy juntos entre sí y no presentaban calvas o signos de estar descuidados o enfermos. La testigo no recuerda haber visto jamás un perro con estas características.
Meses después de este encuentro, nuestra lectora se encontraba de noche, junto a otro acompañante, en la zona de huertos de naranjos que rodea Puzol. Durante el paseo escucharon unos fuertes ronquidos, como si se tratara de un animal grande que estuviera dormido en el lugar. No lograron ver al causante del ruido pues el perro que les acompañaba salió corriendo hacia el lado contrario, lo que imitaron los testigos por precaución. ¿Se trataría de uno de los perros que vio meses atrás?
Ciertamente, la explicación más racional y posible es que nos hallamos ante un caso de perros asilvestrados, aunque hay ciertos detalles que escapan de esta hipótesis. Principalmente, sorprende su extraña apariencia física: cuerpo estrecho, pecho ancho, rabo en forma de león… como si se tratara de un híbrido de varias especies. Por otro lado, también cabe reseñar el comportamiento tranquilo y despreocupado de los animales cuando fueron avistados, un comportamiento que se repite en muchos de los casos relacionados con alien big cats en el mundo.
Desde estas páginas solicitamos la colaboración de posibles lectores que hayan tenido conocimiento de más detalles sobre encuentros con extraños animales en dicha zona y que deseen compartirlos con los interesados en el tema. Gracias a todos, de antemano.

martes, 8 de mayo de 2012

Una nueva especie andaluza de escarabajo

Los investigadores y entomólogos Pablo Bahillo de la Puebla, doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y José Ignacio López-Colón, ambientólogo, ingeniero técnico agrícola y miembro de Ecologistas en Acción, han descubierto este insecto, al que han bautizado con el nombre científico de Cebrio cardenalis. La nueva especie ha sido publicada en la revista científica Arquivos Entomolóxicos, cuya edición corre a cargo de los entomólogos gallegos Fernando Prieto Piloña y Javier Pérez Valcárcel, que están teniendo un importante papel en el impulso y divulgación de los estudios científicos entomológicos tanto en su propia comunidad autónoma como en el resto de España [1].
Los coleópteros del género Cebrio son insectos muy particulares, bastante extendidos por la cuenca del Mediterráneo y especialmente diversificados en el Magreb y en la Península Ibérica, donde existen unas ciento cincuenta especies. Su estudio presenta enorme interés biológico ya que se desconoce el papel que desempeñan en los diversos ecosistemas adonde viven: bosque mediterráneo –encinares, alcornocales, quejigares, melojares, pinares, sabinares, etc-, dehesas, pero también hay especies propias de las zonas esteparias y subdesérticas. Son buenos indicadores de la salud ambiental puesto que desaparecen en cuanto se hace notar la degradación del medio debido a las actividades humanas.
Ello es debido a varios factores encadenados. En primer lugar, al modo de vida de sus larvas, subterráneo y de alimentación radicícola, por lo que dependen del suelo y de la cubierta vegetal y por tanto, cuando los campos están contaminados o se destroza la vegetación natural, no resisten y se extinguen. Otro inconveniente es la atracción que sobre los machos ejercen las luces por la noche -similar a lo que sucede a muchas mariposas nocturnas- por lo que la contaminación lumínica también puede suponer un problema grave en ciertas áreas españolas (aunque faltan estudios científicos para corroborar esta aseveración). En tercer lugar, la movilidad mínima de las hembras reduce sus posibilidades de dispersión y colonización de nuevos territorios para la especie.
Actualmente, la destrucción y alteración del hábitat por la expansión urbanística, la ampliación de polígonos industriales y la construcción de infraestructuras viarias, provoca el aislamiento en las poblaciones reproductoras (esto último ha debido pasar con la nueva especie descrita). Si a ello añadimos que las especies -cerca de cuarenta entre España y Portugal- tienen un área de distribución muy restringida (casi todas son endemismos más o menos locales) y habitualmente mantienen pocos efectivos numéricos, ya que sus especies han adoptado la denominada “selección K” como estrategia reproductiva (las que sobreviven con pocas crías, o dicho de otro modo, su supervivencia se basa en mantener tasas de natalidad y mortalidad bajas), se comprende enseguida su importancia como bioindicadores. Este tipo de especies suele ser propia de ambientes estables, de ecosistemas de madurez ecológica.
Macho de Cebrio
cardenalis
Como se ha adelantado, los Cebrio comprenden un grupo de especies fitófagas, concretamente radicícolas (son herbívoros edáficos), pero, al menos en algunos casos, no desaprovecharían la ocasión de alimentarse de invertebrados muertos o moribundos (no se descarta la depredación directa sobre otros, aunque ya se ha comentado que faltan estudios al respecto).
La larva vive varios años alimentándose en el subsuelo, después se transforma en adulto, con dos vidas muy distintas según el sexo de ejemplar. Los machos emergen en primavera y verano, o bien ya en otoño –según la especie-, habitualmente tras alguna tormenta o lluvia, cuando la humedad ambiental es máxima, y buscan frenéticamente una hembra para reproducirse (hay que tener en cuenta que muchas especies son propias de zonas más o menos áridas de la mitad sur peninsular, de Madrid y Aragón, o de Portugal, Salamanca y Extremadura, y necesitan esas condiciones climatológicas especiales. De hecho, hay algunas como Cebrio ysernii, exclusiva de Alcalá de Henares y varios municipios próximos a la capital, que aparecen y se activan en medio de las grandes tormentas.
Los machos, que no se alimentan y tan sólo viven unos pocos días o como mucho unas semanas, son torpes y vuelan bastante mal; intentan localizar una hembra para copular (mientras tanto, ésta permanece enterrada y emite feromonas para señalar su ubicación). La mayoría muere en el intento. Para quien lo haya visto –muy pocos naturalistas-, es un espectáculo tan infrecuente como extraordinario: el vuelo de decenas o cientos de machos en torno a un punto del terreno en el que aparentemente no hay nada. Los machos se pelean con frenesí y se destrozan entre ellos, consiguiendo muy pocos el objetivo. Mientras tanto, en ese punto, en el subsuelo, permanece una hembra sexualmente receptiva, escondida y asomando tan sólo el extremo abdominal. La cópula, al llegar el macho, es muy rápida e inmediatamente después la hembra profundiza en el suelo y desaparece.
Las hembras de los Cebrio son peculiares (véase la imagen de una especie ibérica de las pocas que están documentadas: Cebrio gypsicola); de aspecto totalmente distinto al macho, a menudo mucho mayores, con el cuerpo robusto, convexo y arqueado; el abdomen muy ensanchado y los élitros atrofiados y sin alas funcionales. Tienen las antenas muy reducidas y las patas cortas y robustas (en los machos aquéllas están muy desarrolladas y estas últimas estilizadas y largas).
Hembra de Cebrio gypsicola
Las observaciones en el campo de las extrañas hembras son esporádicas. Esto se debe tanto a su localización y escasez como a tener vida totalmente geobia, salvo en el momento del acoplamiento, en el que como se ha señalado, asoma al exterior los últimos esternitos abdominales. En ocasiones, tras los grandes aguaceros, se ven obligadas a salir de sus agujeros para no ahogarse (hay que reincidir en que estamos hablando de animales extremadamente raros, incluso los machos, los cuales solamente pueden llegar a ser abundantes localmente y verse unos cuantos días al año).
Hay especies de las que no se conoce más que una docena de ejemplares o incluso menos, y de otras pasan décadas sin volver a verse un solo ejemplar. De hecho, de muchas especies ibéricas y norteafricanas sólo se conocen los machos.
El nombre de Cebrio cardenalis hace referencia a la tonalidad púrpura de los ejemplares que recuerda el color de los hábitos cardenalicios y lo distingue perfectamente de otras especies. Mide aproximadamente un centímetro y medio de longitud, pertenece al denominado grupo “gigas”, cuyas especies se caracterizan por tener las antenas con doce artejos, más largas que la mitad del cuerpo. Se distingue de las demás por su tamaño relativamente pequeño (en ese grupo las especies suelen ser más grandes, a veces enormes, de hasta 26 milímetros de longitud), su diseño corporal y su densa pilosidad y, ya se ha dicho, la coloración, un conjunto de factores que le hace presentar un aspecto característico –aparte de la morfología del edeago-, siendo su pariente más próximo Cebrio seoanei, un taxón gallego.
La nueva especie proviene de Torreblanca, Sevilla, y está descrita mediante el estudio de ejemplares recogidos hace veinticinco años (ejemplares de museo). Como en otras muchas especies del género, se desconoce la hembra, y siendo muy rara –no se conocen ejemplares recientes- es muy probable que, al menos en la zona de donde proceden los ejemplares-tipo, haya desaparecido, ya que la mayor parte de esos terrenos han sido engullidos por el desarrollo urbanístico. De hecho, actualmente Torreblanca es una barriada de la capital hispalense, ubicada en su periferia, al este, muy cerca del aeropuerto de San Pablo, en un área repleta de infraestructuras de todo tipo.
Notas
[1] López-Colón (J.I.) & Bahillo de la Puebla (P.), 2012.- Cebrio cardenalis n. sp. del sur de España (Coleoptera, Elateridae, Cebrioninae). Arquivos Entomolóxicos, 6: 97-100.
Fuente: Ecologistas en Acción

viernes, 4 de mayo de 2012

El monstruo peludo de Málaga, 1966

El 6 de febrero de 1966, el diario La Vanguardia publicaba en su página 11 una inquietante noticia bajo el título “Misterio en la calle Alta”. En ella, según podía leerse en las primeras líneas, una mujer había encontrado en el patio de su casa, situada en Málaga,  un “monstruo” peludo que incluso llegó a amenazarla.
Guillermo Jiménez, corresponsal del rotativo en la capital andaluza, narraba los hechos de esta manera: “Numerosas personas se agolparon ayer frente a la casa número 23 de la calle Alta, de esta capital, para ver qué ocurría en dicha finca, ya que la vecina de la misma Trinidad García Sánchez, de 40 años, salió gritando y pidiendo auxilio porque, según dijo, había visto en el patio, sobre un lebrillo, un bicho raro que medía, por lo menos, un metro de altura, con pelo largo, colmillos y cabeza grande que la había amenazado para que no gritase. La mujer cuenta que el monstruo saltó al tejado y se perdió en una casa contigua, deshabitada por amenazar ruina. Algunos vecinos y una pareja de la Policía Armada penetraron en la casa, pero no encontraron ningún animal, ni nada anormal, aunque otro vecino manifestó que había oído un ruido y que había visto moverse algo.
Aunque el suceso de la calle Alta se empieza hoy a olvidar un poco, el periodista ha hecho nuevas indagaciones sobre el particular. La señora que vio «aquello» sigue asegurando que lo vio. La última noche la ha pasado casi en vela; hatenido fiebre y apenas si puede comer. Todavía no se ha tranquilizado, ni el susto,como vulgarmente se dice, le ha salido del cuerpo.
La vivienda, en la actualidad
En la casa de al lado —la número 25—, y que está declarada en ruina, vive don José Santana, en compañía de su mujer y tres hijos. Reside allí al cuidado de la finca, que como está en ruinas no tiene inquilinos. Dentro de dos o tres meses será demolida.
Don José Santana nos ha contado, con plena conciencia de lo que decía, que él no puede describir el bicho, monstruo o ser extraño que vio doña Trinidad Gómez, pero desde luego las características que apuntó la señora coinciden plenamente con lo que él vio fugazmente al subir a la primera planta de la casa y examinar los tejados, por los cuales el animal, o lo que fuera, desapareció velozmente.
La historia, sin embargo, presenta algunos pormenores dignos de relatar. Desde hace algún tiempo, en la casa en ruinas no se ha vuelto a ver ni un gato ni una rata, dos especies de animales que abundaban. ¿Por qué han desaparecido? ¿De quién huyen? ¿Quién los ha espantado? ,
El matrimonio vive en la planta baja y desde hace un mes, de vez en cuando, ha oído pisadas en la parte superior, pisadas que no corresponden a un gato, por ejemplo, porque, por el sonido, parecen de un ser de mayor peso, como si de un hombre o niño se tratara. En más dé una ocasión, el señor Santana, de noche y alumbrándose con una linterna, ha subido para tratar de desentrañar el motivo del ruido, pero nunca pudo encontrar nada. Ayer, sin ir más lejos, estando con su esposa, vio como se desprendían partículas de polvo del techo, cayendo sobre la mesa del comedor. Alguien andaba por la planta superior. Cuando él subió, nada pudo ver ni descubrir. ¿Miedo, sugestión tal vez? Lo de ayer sí; pero los pasos y ruidos que vienen percibiendo desde hace más de un mes y la desaparición de gatos y ratas no es cosa que se pueda justificar tan fácilmente.
Como nos lo han contado los interesados, lo contamos nosotros.”
¿Qué pudo ser ese bicho raro que medía, por lo menos, un metro de altura, con pelo largo, colmillos y cabeza grande y que había amenazado a la pobre señora para que no gritase? ¿Un vagabundo, un animal enfermo o un extraño ser que se vio sorprendido, sin quererlo, por la dueña de la casa mientras hacía no sabemos qué?

miércoles, 2 de mayo de 2012

El caso de la huella de Sevilla


Javier Lobato

El caso del que hoy nos hacemos eco ocurrió en Sevilla en el mes de julio de 2005. El investigador Javier Lobato ( http://es-la.facebook.com/alianzadelmisterio ) se encontraba, junto a un grupo de amigos, disputando una partida nocturna de airsoft en un paraje sevillano limítrofe con unos terrenos militares y un denso bosque.
Tras acabar el juego, algunos de los participantes comentan que han disparado –en diversas ocasiones- a algo grande, una especie de sombra de gran tamaño, con ojos rojizos, que gruñía y respiraba fuertemente.
Detalle de la huella
Intrigado por este hecho, Javier Lobato decide volver la noche siguiente al lugar, acompañado de uno de los jugadores. Encuentran una huella de un pie desnudo, con tan sólo cuatro dedos, y que mide unos 55 centímetros de longitud. La impresión está situada justo debajo de un árbol que tiene las ramas rotas, como si alguien con gran envergadura hubiera pasado por allí. Los testigos descubren también rastros de paso en un arbusto, que presenta ramas quebradas, y en una valla que aparece arrancada de su sitio, como si algo –en su huida- hubiera hecho tales destrozos.
Un grupo más numeroso de personas deciden volver la siguiente noche al lugar con la esperanza de encontrar más evidencias de la presencia de este ser. Extraños ruidos y unas insólitas luminiscencias les acompañan durante parte de su visita a la zona.
Vean y escuchen el vídeo que el propio Javier Lobato editó hace pocos meses y en el que cuenta su experiencia en primera persona, presentando –además- algunas hipótesis sobre el posible origen de esta enigmática presencia.

martes, 1 de mayo de 2012

Exposición de cefalópodos del mundo en el Centro del Calamar Gigante

El  pasado 31 de Marzo, CEPESMA inauguró  una exposición dedicada  a los  cefalópodos  del mundo, con más de  sesenta especies de  gran interés científico y  conservacionista. Estos ejemplares, sumados a la colección de calamares que  la entidad posee, hace que durante este tiempo Luarca sea el punto  de referencia en lo que a cefalópodos se refiere.
Los  ejemplares que forman la muestra temporal pertenecen  a múltiples zonas del planeta como la Antártida,  Chile, Malvinas, Perú, Argentina, California, Azores, Mar del Norte, Namibia, Madagascar, Marruecos, Guayana Francesa, Japón y distintas áreas del litoral español.

El acto inaugural tuvo como protagonista al doctor Ángel Guerra, del  Consejo  Superior de Investigaciones Científicas( CSIC),  considerado uno de los  especialistas más importantes del mundo en este área, que ofrecíó una conferencia sobre estos singulares animales.

Angel Guerra

La  mayoría de  los ejemplares que podemos ver en esta exposición pertenecen al propio Guerra y proceden de campañas de investigación del Instituto Español de Oceanografía, adscrito al CSIC. Los visitantes tendrán la oportunidad de apreciar desde el más grande de los calamares expuestos en el mundo, hasta el mas pequeño, una especie de calamar de sólo 18 milímetros procedente  de aguas japonesas.
También observaremos rarezas, como por ejemplo algún ejemplar que posee un ojo diez  veces superior en tamaño  al otro, o calamares provistos  de  pelos  a lo largo de su cuerpo, otros  gelatinosos, algunos provistos de concha o  fascinarnos con el increíble dimorfismo sexual de hembras que superan a los machos en más de 30 veces su tamaño.
La exposición estará instalada hasta el próximo 31 de  mayo en la sala de conferencias  y exposiciones del Centro del Calamar  Gigante, en Luarca.