En recuerdo a Jordi Magraner

Dentro de pocas fechas tendrá lugar el octavo aniversario de la muerte de Jordi Magraner, irrepetible e incansable investigador del Barmanu, asesinado en Pakistán a manos de dos ex empleados suyos.
Deseábamos comenzar este blog rindiendo un pequeño homenaje a una figura que dedicó los últimos años de su vida a investigar aquello que amaba, que decidió abandonar su acomodada vida y lanzarse –tal como hacían los románticos exploradores del siglo XIX – en busca de las respuestas necesarias para comprender lo incomprensible.
De algún modo, a todos los que nos dedicamos a esto de perseguir “monstruos” nos gusta tenerle como modelo a seguir por su implicación en lo que hacía, su rigor científico y el empeño en dar a conocer a los demás una porción de la cara oculta del mundo.
Jordi Magraner nació accidentalmente en Casablanca en 1959 aunque, por motivos políticos, su familia –valenciana de origen- se trasladó muy pronto a Francia, donde aún reside. Trabajó para el Museo Nacional de Historia Natural de París y para el Ministerio francés de Transporte, como asesor en materia de zoología.
A principios de los años noventa abandonó su exitosa carrera científica y se dedicó a investigar a los “hombres salvajes” de Pakistán, tarea a la que se dedicó durante más de quince años.
Realizó frecuentes visitas a Chitral, en el norte del país, y fijó su residencia finalmente entre los lugareños a los que encuestaba ( llegó a dominar el idioma local ), tratando de dotar del mayor rigor a todo lo que investigaba.
Su muerte, a los 43 años de edad, dejó un indudable vacío en la ciencia criptozoológica que será muy difícil de ocupar. Gracias a él y a sus trabajos, muchos soñamos con que la Criptozoología pueda entrar –en un futuro cercano- por la puerta grande de la Ciencia como una disciplina más.