Un estudio, en el que han participado quince científicos de
Dinamarca, España, Francia, Portugal, Estados Unidos, Australia, Japón e
Irlanda ha revelado que –de las 21 especies de Architeuthis que se suponían
que existen – todas pertenecen a la misma especie, Architeuthis
dux.
El trabajo ha estado financiado por la Universidad de
Copenhague y se ha llevado a cabo durante dos años a través de la extracción y
análisis del ADN mitocondrial de 43 muestras de tejidos blandos de la especie obtenidas de restos aparecidos en estómagos de cachalotes o de ejemplares muertos que llegaron a las costas de Asturias, Galicia, Valencia, Florida, Japón, Canadá, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.
Los científicos obtuvieron 37 secuencias metagenómicas
completas y seis parciales, cuyo análisis reveló que eran muy similares y,
comparadas con las de otras especies como el pez espada o la orca, con
variaciones genéticas bajas, aunque parecidas a la del tiburón peregrino o el
cachalote, el mayor depredador de calamares gigantes.
Ángel Guerra, profesor de investigación del CSIC en Vigo, es
el único científico español que ha participado en este estudio internacional
titulado “Mitochondrial genome diversity
and population structure of the giant squid Architeuthis: genetics sheds new
light on one of the most enigmatic marine species” [La diversidad del
genoma mitocondrial y de la estructura de población del calamar gigante: la
genética arroja nueva luz sobre una de las especies marinas más enigmáticas], publicado
en la prestigiosa revista Proceedings of
the Royal Society.
“Se trata de un
estudio pionero y de notable relevancia pues hasta la fecha no se había
trabajado con biología molecular en estos organismos porque ello conllevaba
notables dificultades técnicas. La información obtenida despeja una incógnita
clásica y persistente en torno al calamar gigante, según la cual había en el
mundo varias especies diferentes de Architeuthis”, destaca Ángel Guerra.
Ángel Guerra |
"En torno a la especie surgen numerosas preguntas y, para
muchas de ellas, todavía no hay respuesta. No solo es necesario indagar en su
genética, sino también en su edad, tasa de crecimiento, reproducción y comportamiento,
pues ahí encontraremos la clave y podremos romper leyendas. Se ha dicho, por
ejemplo, que puede llegar a medir hasta 50 metros y pesar 500 kilos, cuando
estudios recientes confirman que el tamaño máximo ronda los 18 metros y
'únicamente' 220 Kg de peso. También se pensaba que se trataba de una especie
con una actividad lenta, y hace un tiempo se ha observado que desarrolla una
actividad depredadora notable”, asegura Guerra.
Ahora, el equipo investigador trabajará en la confirmación de los resultados mediante el análisis del ADN del núcleo de las células del calamar para descartar que las semejanzas descritas en el perfil genético extraído de las mitocondrias sean el resultado de la evolución de la especie.
“Si con el ADN nuclear se producen los mismos resultados, se
estaría ante un expansión geográfica relativamente reciente de la población de
A. dux, la cual podría haber sido originada bien por un descenso importante de
sus depredadores o por un aumento del número de presas, y, además, debido a que
la capacidad de dispersión de los recién nacidos y juveniles de esta especie es
muy elevada, habiéndoles permitido desplazarse aleatoriamente y a largas
distancias. Por tanto, quedan todavía una gran cantidad de incógnitas por
contestar”, añade el investigador español.
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