¿Recuerdan la
noticia del calamar gigante encontrado moribundo
en Bares en 2016? Algo más de un año después de su captura tenemos los
resultados de su necropsia que ha revelado que el animal –antes de su muerte- "
mantuvo una lucha con un ejemplar más grande
de su especie" posiblemente debido a la competencia por peces de un
banco de bacaladilla. Así lo sugiere el tamaño y la forma de las ventosas cuyas
marcas fueron encontradas en sus restos.
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Imagen del ejemplar, aun vivo, tomada por Javier Ondicol |
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a
través del Grupo Ecobiomar del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) de
Vigo, ha publicado en la revista 'Ecology'
los resultados de la necropsia realizada al primer calamar gigante hallado vivo
en Galicia. Es una especie abundante en aguas japonesas, pero poco habitual
fuera de esos mares.
La necropsia se realizó en Luarca (Asturias) con la
colaboración de la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies
Marinas (Cepesma) una semana después del hallazgo y empleando técnicas
desarrolladas por los investigadores de Ecobiomar. Ha estado dirigida por Ángel
Guerra, investigador ad honorem del CSIC en el IIM,y experto en ecología
marina.
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Necropsia. Imagen: IIM |
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El calamar, de
123 centímetros de longitud del manto y 105 kilos de peso, apareció nadando el 7
de octubre de 2016 entre las embarcaciones fondeadas en las proximidades del
muelle de Bares, a unos 3 metros de profundidad. El animal, carente de sus
tentáculos, respiraba, se desplazaba y cambiaba ligeramente de coloración.
Horas después, varó en una playa cercana", recuerda el CSIC.
Un aficionado que paseaba por la playa de Bares fotografió
el ejemplar todavía vivo, "un hecho
insólito en el mundo que solo tiene un precedente en unas imágenes obtenidas
hace dos años en Japón", recuerda Guerra.
Hembra inmadura
"Con el cadáver
todavía muy fresco, se realizó una inspección, que puso de manifiesto que se
trataba de una hembra inmadura, con numerosas marcas de ventosas y heridas
alargadas en su epidermis", explica Ángel González, otro de los
autores de la publicación.
Posteriormente, un equipo de investigación liderado por el
CSIC, y con participación de Luis Laria y otros miembros de Cepesma, acometió
una necropsia más detallada "
con el
objetivo de determinar cuál era el origen de sus marcas y heridas y cuál podría
haber sido la causa de que el calamar, herido, se acercase tanto a la costa",
indica el CSIC.
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Marcas observadas. Imagen: IIM |
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El tamaño y la
forma de las ventosas sugiere que el animal mantuvo una lucha con un ejemplar
más grande de su propia especie. El escenario que creemos que se produjo fue la
competencia entre dos ejemplares de calamar gigante por peces de un banco de
bacaladilla, su principal alimento en esta época del año. Este comportamiento
de robo de una presa se había observado hasta el momento solamente una vez
entre los cefalópodos, observación realizada en acuario", señala
Graham Pierce, el tercer autor del trabajo, quien destaca que "
constituye un hallazgo relevante para el
conocimiento de la ecología de esta elusiva especie".
Arrastrado por las corrientes
En cuanto al motivo que llevó al ejemplar, malherido, a
acercarse a la costa, los científicos creen que
éste, desorientado y con su capacidad de movimiento mermada, pudo haber
sido arrastrado por las corrientes a una masa de agua cálida, que le arrastró
hacia la costa", añaden los expertos.
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Imagen: Parque de la vida de Luarca |
En las últimas décadas se ha "incrementado notablemente", destaca el CSIC, el conocimiento
de la biología y ecología del calamar gigante, principalmente a través de la
necropsia realizada a ejemplares. En la actualidad, el ejemplar hallado se
encuentra en el Parque de la Vida de Luarca.
Fuente: Europa Press e Instituto de Investigaciones Marinas
Para saber más:
* Guerra A; González AF; Pierce GJ.
(2018). First record on stranding of a live
giant squid Architeuthis duxoutside Japanese waters. Una versión del
artículo en formato preliminar se encuentra
en
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/ecy.2073/full#. La versión
definitiva del artículo aparecerá en el número de Marzo de la revista Ecology.
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