Un descubrimiento llevado a cabo por un grupo
hispano-marroquí de investigadores parece haber dado al traste con la
existencia posible de uno de los críptidos más buscados del norte de África. Lo
que podría ser el encuentro con un adjule
o alguna desconocida especie de chacal, ha resultado ser la constatación de la
presencia del lobo (Canis lupus) en
Marruecos por primera vez en la historia.
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Fotografía obtenida por el equipo hispano marroquí. |
El descubrimiento forma parte de un amplio estudio sobre los
mamíferos de Marruecos que se viene desarrollando desde 2009 por parte de la
Universidad de Alicante (España) y la Universidad Chouaib Doukkali, con sede en
El Jadida (Marruecos).
El trabajo está apoyado por el Emirates Center for Wildlife
Propagation, un centro especializado creado conjuntamente por Emiratos Árabes
Unidos y Marruecos, así como por el Gobierno marroquí a través del Alto
Comisariado para el Agua, los Bosques y la Lucha contra la Desertificación.
Adjule, el chacal de los tuareg.
Como decimos, todo comenzó en 2009, cuando los
investigadores Vicente Urios, Carlos Ramírez, Miguel Gallardo y Hamid Rguibi
Idrissi, comenzaron a interesarse por los extraños avistamientos relatados por
los lugareños mientras se dedicaban a realizar un estudio sobre los mamíferos
en la zona. Los habitantes del Atlas Medio hablaban de la presencia de dos
tipos diferentes de chacales con los que estaban más o menos familiarizados,
uno de pequeño tamaño y otro más grande.
Estos extraños informes despertaron la curiosidad de los
zoólogos, que decidieron en 2011 resolver el misterio del "chacal grande" haciendo uso de varias
cámara trampa colocadas a altitudes de entre 1.200 y 1.800 metros en diferentes
zonas montañosas de bosque, donde supuestamente se avista al escurridizo
animal.
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Recreación del Adjule |
¿Se trataría del legendario adjule? La sola posibilidad de encontrarse ante este ser ya era de
por sí excitante, desde luego. El adjule
o kelb-el-khela es un tipo de perro
salvaje o lobo que –según las creencias de los tuareg- habita en el norte del
desierto del Sahara, sobre todo en Mauritania. Se trataría de un ser
legendario, mitológico, considerado por muchos más un espectro que un animal
real.
La explicación más lógica a este adjule es la existencia de manadas de perros salvajes que pueden
llevar a confusión a los testigos, creyendo ver al mítico ser donde sólo hay
simples canes. Sin embargo, algunos estudios acreditados continúan otorgando
posibilidad a la existencia de una nueva especie. Al menos, hasta este reciente
descubrimiento. Así, el naturalista francés Théodore Monod escribió en 1928 que
el adjule es realmente un cánido
desconocido que tiene forma de perro o de
lobo, aunque los científicos actuales consideran que bien podría tratarse del
licaón (Lycaon pictus) o perro
salvaje africano.
La leyenda se convierte en realidad: es un lobo.
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Lobo fotografiado en Argelia, entre Skikda y El-Kala |
Hace una semana, la investigación iniciada tres años atrás
echó por tierra uno de los mitos más arraigados del Atlas. Las cámaras colocadas
captaron distintas imágenes del supuesto “chacal
grande”… que no era sino un lobo. Cuerpo delgado, cuello ancho y poderoso,
pelo oscuro, cola corta,.. Las imágenes obtenidas por el equipo hispano-marroquí
– a la espera de las próximas pruebas de
análisis genético - parecen no ofrecer dudas: el protagonista de esta historia es
el lobo. Posiblemente, perteneciente a la variedad Canis lupus lupaster, es decir, lobo egipcio.
Para los criptozoólogos la noticia tiene tintes negativos
pero, para la comunidad científica en general, supone un dato nuevo e increíblemente
interesante, pues confirma la presencia de lobos en una zona donde no se tenía
constancia anterior de su existencia. Hasta la fecha, la especie había sido
observada en Egipto, Etiopía, noroeste
de Argelia y Senegal, enclaves muy distantes entre sí.
El informe completo sobre la localización del lobo en
Marruecos ha sido publicado en el número de septiembre de la revista
Quercus.