El semanario Alrededor del Mundo publica en su edición del 20 de octubre de 1903 un curioso reportaje sobre fieras y monstruos más o menos mitológicos de la pluma del escritor Miguel Medina. En este artículo se escribe por primera vez sobre la llamada Fiera de El Espinar y sobre los acontecimientos sucedidos en esa localidad segoviana el día 13 de junio de 1847.
Portada del semanario |
El autor toma como base para su relato un romance de la colección del erudito Luis Carmona titulado Nueva relación en la que se refieren las desgracias que ocasionó una horrible fiera en el pueblo de El Espinar de la Sierra, el día de San Antonio de 1847. Medina comienza argumentando que “asegura el autor, bajo su honrada palabra, que no se trata de una conseja, sino de un hecho verídico y no forjado por ingeniosos poetas”. Es decir que, los hechos que vamos a conocer a continuación fueron reales y no simples romances para entretener a niños y crédulos.
“Es el caso que en la iglesia de la supradicha población se celebraba la fiesta del santo patrono.” El templo estaba repleto de fieles y, cuando el organista se disponía a tocar el Gloria, “se sintió un ruido semejante al impetuoso huracán” y entró en la iglesia una “especie de pantera disforme.” Los asistentes, atenazados por el miedo, son atacados por el extraño animal.
“El animal irritado, despidiendo mil centellas, a uno toma y a otro deja, pica, muerde, hiere, mata, despedaza y aporrea, dejando todo lleno de sangre y exterminio.” No contenta con estas atrocidades, la fiera sale al exterior de la iglesia donde continúa cometiendo verdaderas atrocidades, matando a muchos pastores, ovejas y hasta una treintena de perros que la perseguían por los campos a órdenes de sus amos.
La Fiera, según una representación de la época poco ajustada a la descripción de los testigos |
“Seis milicianos que a caballo iban le hicieron frente, y hubieran perecido en tan desigual batalla si no se le hubiese ocurrido al cabo que los mandaba invocar a la Virgen. Una bala certera quitó de en medio al bicho, que falleció dando un silbido.” ¿Y qué aspecto tenía el monstruo? “Tenía todo el lomo cubierto de pelo y medía seis varas y media de largo por cuatro y cuarta de circunferencia”. Es decir, unos cinco metros y medio de longitud por casi cuatro de ancho. Un robusto y extraño animal, sin duda.
Hasta aquí los hechos según nos han llegado hasta hoy. La sombra de la duda planea sobre el relato, que tiene todos los componentes de lo legendario, de lo fantástico, más aún cuando no hay ningún archivo municipal o eclesiástico que recoja estos extraordinarios hechos.
También existe confusión en cuanto a la localidad en la que supuestamente apareció la Fiera. Aunque la mayor parte de las investigaciones realizadas apuntan a la localidad segoviana, también podríamos estar hablando del pequeño municipio alcarreño de El Espinar y de su iglesia de San Antonio o incluso de alguno de los topónimos existentes en la época que hacen referencia a distintos enclaves situados en las provincias de Albacete, Toledo o Valencia por poner sólo algunos ejemplos.
Realidad o ficción, el caso es que estamos ante un episodio pionero de un fenómeno que puede estar emparentado con lo que modernamente se ha denominado alien big cat en nuestro ámbito de estudio. Extraños felinos aparecen y desaparecen casi por arte de magia, animales imposibles que se dejan ver en las páginas de la prehistoria de la criptozoología en España, como iremos viendo próximamente en nuestro blog.
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