martes, 14 de abril de 2015

Exposición: Bestiaria, el descubrimiento de un reino


El Museo de la Evolución Humana de Burgos acoge, hasta el próximo 31 de agosto, Bestiaria, el descubrimiento de un reino, una exposición que muestra cómo el reino animal ha sido conocido y representado gráficamente a lo largo de los siglos hasta llegar al presente.



A través de ochenta piezas y facsímiles, la muestra comienza con las representaciones animales en los libros medievales y con animales exóticos mal conocidos en la Edad Media, pero de los que existían referencias clásicas o bíblicas, así como seres mitológicos que existieron en el imaginario colectivo. La exposición hace un repaso posterior por el Renacimiento y el Barroco, cuando ya la imprenta difunde las primeras zoologías que podemos considerar científicas.

En palabras del director científico del Museo de la Evolución Humana, Juan Luis Arsuaga, “Los hombres
prehistóricos, así como los pueblos modernos que los occidentales llamaban “salvajes”, tenían un conocimiento biológico muy superior al de cualquiera de nosotros. Eran grandes investigadores del medio en el que vivían, y ese entorno era una comunidad formada por diferentes especies de animales y de plantas. Igualmente poseían información detallada del terreno, palmo a palmo, y podían distinguir los tipos de rocas y sus propiedades. Eran, pues, zoólogos, botánicos, geógrafos y geólogos (casi) natos, y aún sabían más cosas, como astronomía y meteorología. Ahora bien, por mucho que hubieran vivido y por mucho que viajaran, ya que también eran grandes caminantes, su sabiduría era exclusivamente local. Un científico de ahora diría que entendían muy bien su región biogeográfica. Cada rincón del planeta tiene su propia fauna y su propia flora, y de las otras comunidades biológicas solo llegaban vagas y fabulosas noticias. Había todo un reino que descubrir, el reino animal, y todavía estamos en ello.”


La muestra está dividida en ocho apartados. Partimos de la Prehistoria, con representaciones similares a  las pinturas rupestres de Altamira; seguimos con los primeros estudios pseudocientíficos en Grecia y Roma; las representaciones medievales de seres exóticos y mitológicos en los bestiarios; la llegada de la ciencia y la investigación en el Renacimiento y el Barroco, de la mano de las zoologías, el descubrimiento de América y las exploraciones científicas, la Teoría de la Evolución, Darwin y Wallace. Y finalizamos en los siglos XX y XXI, con grandes avances tecnológicos, el microscopio y la nueva investigación.

Entre los objetos expuestos cabe destacar la talla de madera de un caballo (restaurada expresamente para la ocasión), un esqueleto de un mono, el tórax de un potro plastinado o los huevos de pollo, elementos creados en su momento como instrumento didáctico, y los libros ‘El Fisiólogo’ de Epifanio (1582) y alguna de las obras del científico y naturalista italiano Androvandi.


En definitiva, un fascinante paseo por la fauna mitológica medieval del que podemos ver una muestra en el siguiente vídeo:



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