Comenzamos un curioso, y esperamos que interesante,
recorrido por lo que hemos dado en llamar Criptozoología
urbana. Es decir, aquellos nombres de calles, plazas, avenidas,… de
nuestros pueblos y ciudades, que hagan referencia al fenómeno de los animales
extraños.
Y empezamos por una de las calles más emblemáticas no sólo
de su ciudad, sino de todo el país. Nos referimos a la sevillana calle Sierpes,
situada en pleno centro de la capital andaluza, entre la plaza de la Campana y
la plaza de San Francisco, donde se ubica el Ayuntamiento hispalense.
Existe una leyenda que atribuye el nombre de la calle a la presencia de una feroz serpiente que se encontraba en sus alcantarillas. El
escritor e historiador José María de Mena lo cuenta así en su obra Tradiciones y leyendas sevillanas:

Un día, un forastero llamado Melchor de Quintana y Argüeso,
un bachiller que había estudiado en Osuna, se presentó en la casa de Alonso de
Cárdenas, comendador de León y regente de la ciudad. El hombre contó que se
había rebelado contra el rey por orden del duque de Arcos y por este motivo
había dado con sus huesos en la Cárcel Real de Sevilla.
En su celda comenzó a excavar un túnel con intención de
fugarse y logró llegar a las alcantarillas antiguas (construidas en época de la
dominación romana) donde descubrió al causante de las desapariciones de los
niños. A cambio de un indulto, contaría la verdad. Melchor, el comendador Don Alonso,
dos hombres de armas y un escribano fueron a la cárcel, encontraron el túnel y
llegaron a las alcantarillas.
Su sorpresa fue mayúscula cuando allí encontraron muerta una
serpiente monstruosa del grosor de un hombre y de unos 6 metros de longitud.
Tenía un cuchillo clavado y estaba rodeada de restos de niños esparcidos por el
suelo. Melchor dijo que la había matado al encontrársela en ese lugar.
Don Alonso ordenó que se sacara a la serpiente y se
expusiera durante un tiempo en la calle Espaderos (su nombre por aquel
entonces), yendo gente a verla de todas las partes de Sevilla. Y a fuerza de
contarse esta historia se perdió el nombre anterior y pasó a denominarse "de la Sierpe". Transcurridos unos
meses, el bachiller Melchor de Quintana, ya libre de todo delito, pasó a
casarse con la hija del propio Alonso de Cárdenas.
Como vemos, una leyenda repleta de valor, misterio… y con
final feliz. Pero la realidad del nombre de esta singular calle, pudiera ser
otra bien distinta y -por supuesto- más prosaica.
Aunque no se conoce su origen verdadero, ya en una ordenanza
del siglo XV mandada hacer por los Reyes
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Luis Montoto |
Para algunos historiadores, el nombre pudiera proceder de la
Cruz de la Cerrajería del siglo XVII, que estuvo hasta 1840 en la confluencia
entre la Calle Sierpes y la Calle Rioja y que pudo ser conocida como Cruz de las
Sierpes o de las Serpientes, debido a los adornos en forma de reptil que
presentaba.
También se cree que hubo en esta calle una barbería-botica
cuyo símbolo era una serpiente (como ocurre con las actuales farmacias) o
incluso por la existencia de un Mesón de la Sierpe ubicado en este lugar.
Como vemos, explicaciones hay para todos los paladares, tanto
para los más aferrados a lo misterioso como para aquellos más racionales. En
cualquier caso, una preciosa calle y una leyenda que, quizás, guarde parte de verdad en ella.
Nota de Criptozoología
en España:
Animamos a los lectores de Criptozoología en España a enviarnos los nombres e historias de las
calles que les apetezca que aparezcan en esta sección a criptospain@yahoo.es.
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