Era una soleada tarde
de Abril de 2014. Mi familia y yo nos dirigíamos a Reus por la autovía A7,
exactamente a la altura de la intersección Constantí/puerto Tarragona, antes
del parque comercial “Les Gavarres”, cuando mi mujer llamó mi atención sobre
una pareja de aves que planeaban en el horizonte: “Mira que aves tan hermosas”.
Dibujo de las aves
surcando Torreforta, Tarragona.
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La primera mirada me
advirtió el generoso tamaño de ambas, una bastante más grande que la otra. A
medida que siguieron planeando, calculo que a la altura del espacio aéreo de Bonavista,
apreciamos atónitos cómo sus alas eran membranosas y el tamaño de las aves muy
grande, mucho más de lo normal. Su plumaje, tupido, gris oscuro y tenían un
collarín emplumado, como los buitres, en la base del cuello, que estaba curvado
en forma de S. El grosor del cuerpo
era de admirar y contrastaba con esas alas membranosas desprovistas de plumas,
como los murciélagos, pero de varios metros de largo.
Retrato –aproximación-
del ave más grande (la proporción de alas respecto al cuerpo no es correcta).
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El tráfico era muy
denso, la carretera en ese momento se encontraba en obras y carecía de arcén
donde detener el vehículo para observar. La visión de ambas aves duró varios
minutos.
Edificio de Torreforta. Sobre este bloque pasó el ave que volaba más bajo, permitiendo comparar su anchura a la del edificio |
Los animales volaban
rumbo oeste-este. Se aproximaban de frente a nosotros, la visión era tan nítida
y precisa como espectacular. Nuestra sorpresa creció al llegar el ave de mayor
tamaño a sobrevolar la vertical del edificio en Torreforta, con lo cual pudimos
notar que su envergadura era superior al bloque, lo que nos causó un fuerte
impacto tanto a mí, como a mi mujer e hija mayor; los más pequeños venían
distraídos jugando y no se percataron hasta que me exalté
por la visión.
Dibujo (un tanto
grosero) de las dos aves sobrevolando un edificio en la barriada de Torreforta.
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Debo subrayar que
conozco bien lo que se mueve por nuestro cielo, esos animales carecen de
explicación ornitológica, pero existen. Posteriormente hemos constatado que,
efectivamente, lejos de ser un episodio aislado, la visión de estas criaturas
se ha producido en numerosas ocasiones por todo el mundo, pero con especial
repercusión en el litoral mediterráneo de Cataluña y Valencia, durante los
últimos 25 años. Recuerdo el natural escepticismo de Harry M. cuando el caso
fue comentado por el experto Javier Resines, en el programa radiofónico “Otros Mundos”, dirigido por Javier
Belmar.
Aquellos animales casi
vuelan sobre nosotros. Subí a toda prisa al parque de Les Gavarres para detener
el coche. Cuando estacioné no volvimos a verlas. La visión nos impactó
sobremanera. Mi hija vino conmigo, días después, a medir la base del edificio.
Nos sorprendimos aún más de lo que vimos aquella tarde, a plena luz del día,
pues el ancho del bloque superaba los diez metros y el ave, que pasó próximo a
él, superaba con su envergadura el edificio, es decir: aquella criatura pasaba
los diez metros de ancho.
Dibujo de la niña, con
nueve años, sobre el avistamiento que tuvo en Torreforta
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N. de la R.: Todos los dibujos, excepto el último, han sido realizados por Daniel Ransanz, el testigo principal de los hechos, al que queremos agradecer que haya elegido nuestro medio para publicar su artículo.
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