martes, 6 de diciembre de 2011

¿Cocodrilos en Madrid?

Infografía publicada en ABC el 18.11.98



¿Sabían ustedes que en 1998 se detectó la presencia de un animal similar a un cocodrilo en la ría del madrileño parque Juan Carlos I?




Tan convencidos estaban los responsables de las instalaciones de la presencia del saurio que la empresa municipal del Campo de las Naciones instaló un sonar en el barco que recorre el lago con la intención de dar con el inesperado inquilino. Surrealista, ¿verdad?

El concejal de Obras del Ayuntamiento de Madrid, Enrique Villoria, explicaba la presencia de un misterioso animal -parecido a un caimán o un cocodrilo- en una zona de cañaverales próxima al cauce de agua. Los expertos especulaban con la posibilidad de encontrarse ante un caimán, una especie más fácil de adquirir en tiendas de animales, y que se adaptaría de mejor manera al entorno.

Durante varios meses el dispositivo se mantuvo adherido a la embarcación, pero los resultados fueron negativos. Ni que decir tiene que nunca se capturó al causante de la alarma, por supuesto. El parque, con 160 hectáreas de extensión, hace posible que un animal pueda esconderse durante tiempo. Se especuló que el caimán -o lo que fuera- no pudo soportar el rigor del invierno madrileño de aquel año. Tampoco se encontró el cadáver, evidentemente.

Tatzelwurm
Pero no deja de sorprendernos la cantidad de avistamientos de este tipo que se producen en nuestro país. Y que -debido a las descripciones de los testigos- de algún modo recuerdan a un curioso animal que algunos aseguran que habita en los Alpes, el tatzelwurm, una extraña mezcla de saurio y gusano con patas protagonista de un buen número de sustos en la frontera entre Suiza y Alemania.

Desde el mediático caso del pantano de Valmayor (Madrid) sucedido en junio de 2003 a los ocurridos en el mismo año en O Páramo, Lugo (concretamente en el río Neira) o en la balsa del Cardete, en la localidad navarra de Tudela - por citar sólo algunos ejemplos- los ríos y lagos españoles parecen ser un pequeño hervidero de historias en las que algo parecido a un caimán ha sido visto en sus orillas.

A simple vista parecen demasiados avistamientos como para estar ante los típicos errores de interpretación de quienes los observaron. ¿Serpientes de verano? ¿Mascotas de dueños irresponsables? ¿Especies desconocidas? Para las autoridades sólo se trata de visones americanos o de lucios de buen tamaño que confunden al incauto testigo. Explicaciones que, en definitiva, no convencen a nadie. Vivir para creer...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Seguramente que son mascotas abandonadas, sobreviven un tiempo abandonadas y luego mueren, de modo que no se avistan en más ocasiones.