La fauna de los fondos profundos del océano suele ser poco
conocida por la dificultad de muestrear a grandes profundidades. Un equipo de
investigación de la Estación de Biología Marina de la Graña, en Galicia,
emprendió cuatro expediciones oceanográficas en las aguas del noroeste
peninsular que han permitido hallar varias especies nuevas que habitan los fondos
abismales. Ahora describen dos de ellas que carecen de ojos y son de tamaño
milimétrico.
Foto: José Antonio Peñas (SINC) |
En los fondos de la plataforma continental y el talud
habitan ricas comunidades faunísticas. En los años 2002, 2003, 2008 y 2009, la
Estación de Biología Marina de la Graña de la Universidad de Santiago de
Compostela (USC) llevó a cabo diferentes expediciones oceanográficas para
conocer estos ecosistemas. Las diferentes campañas, aunque tuvieran distintos
objetivos, perseguían identificar y categorizar esta fauna bentónica –animales
que viven asociados al fondo marino–, al ser muy rara y poco conocida.
Como resultado de estos trabajos de búsqueda, a mil metros
de profundidad, se han descubierto varias nuevas especies. Un estudio de la
universidad gallega acaba de describir dos de ellas como nuevos crustáceos que
pertenecen a las familias Photidae y Corophiidae,
a las que han denominado Photis guerrai y Pareurystheus
vitucoi. Ambas son especies ciegas y de pequeño tamaño, de unos pocos
milímetros.
“Este grupo de
crustáceos es muy importante en los océanos porque representan la base de la
cadena trófica en muchos ecosistemas marinos. Entre otras muchas, algunas de
las adaptaciones más habituales que presentan las especies animales a estas
profundidades son la ausencia de estructuras visuales y el reducido tamaño,
para soportar las grandes presiones”, dice a Sinc Ramiro Rodríguez Tato,
investigador de la USC que lidera el estudio publicado en la revista Zootaxa,
en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid.
Los ecosistemas de profundidad son muy diferentes a los que
encontramos en aguas costeras más superficiales. En este medio no llega la
radiación solar y como consecuencia de ello no hay macroalgas, por lo que la
producción primaria se ve limitada a la quimiosíntesis, producida por una
fuente de energía química.
Foto: José Antonio Peñas (SINC) |
Sin embargo, a diferencia de lo que se pensaba al principio,
los fondos de grandes profundidades no son zonas sin vida. “En estas áreas se encuentran ricas
comunidades animales que se alimentan de la materia orgánica que se deposita
paulatinamente desde la columna de agua”, añade Rodríguez Tato.
Los dos nuevos animales marinos tienen en común que carecen
de ojos. En un entorno al que no llega la radiación solar, es decir, que se
encuentra permanentemente en oscuridad, para muchas especies, los sistemas de
orientación se centran más en receptores sensoriales químicos que en órganos
visuales.
Pero al pertenecer a familias distintas las dos especies son
muy diferentes entre sí. Por un lado, la primera del género Photis –que es muy común en aguas
costeras, con proyecciones cefálicas laterales, llamadas lóbulos cefálicos, muy
características– es una de las pocas especies de este grupo que carece de ojos.
“Únicamente otras tres de las 69 especies
que existen carecen de este órgano de visión”, apunta el investigador.
Además, los lóbulos cefálicos en Photis
guerrai no son redondeados, sino que tienen forma apuntada.
Ramiro Rodríguez Tato |
Por otra parte, el género Pareurystheus es mucho menos común y la mayoría se han localizado
en aguas de Japón. Pareurystheus vitucoi,
supone así el primer registro del género en el noroeste del Atlántico. Este
animal posee un quinto par de apéndices torácicos fuertemente modificados y
desarrollados, al contrario de P. vitucoi.
Es de pequeño tamaño y coloración blanca. “Es
única dentro del género por ser la primera descrita sin ojos”, asegura el
científico.
Pero para los científicos es complicado explicar su
comportamiento por la dificultad de la observación in situ de estos animales. “Probablemente sean especies de hábitos
detritívoros, que viven sobre el fondo marino excavando galerías en las que
encuentran cobijo y alimento, ya que es el método más extendido entre los
animales de este grupo que habitan a estas profundidades”, indica Rodríguez
Tato.
Para la recogida de muestras se emplearon dragas de
diferentes tipos, en este caso tres de arrastre, cada una diseñada para la
extracción de un tipo determinado de muestra en un tipo concreto de fondo.
“Las comunidades de
los fondos profundos de nuestro país se conocen muy poco todavía ya que estas
dos especies son solo una pequeña fracción de los resultados de estas campañas.
Encontré diez nuevas especies, en las que aún estoy trabajando. Estas son solo
dos de ellas”, concluye el investigador.
Referencia bibliográfica:
Ramiro Tato y Juan Moreira. “Two new
species of the Suborder Senticaudata (Crustacea: Amphipoda) from the upper
continental slope off Galicia (NW Iberian Peninsula)” Zootaxa 4300 (2):
217–237. https://doi.org/10.11646/zootaxa.4300.2.4.
Fuente: Eva Rodríguez Nieto/Agencia Sinc
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