Jorge Hernández Carbonell, biólogo y amigo de Criptozoología en España, nos pone tras la pista de esta interesante noticia. En el marco del proyecto LIFE+ INDEMARES, coordinado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, se han identificado 20 especies nuevas para la ciencia y una importante presencia de arrecifes de coral en el Banco de Galicia.
El Banco de Galicia es un monte submarino profundo
localizado al noroeste de la Península Ibérica, a 180 kilómetros de la costa
gallega. Su cima se encuentra entre los 650 y los 1.500 metros de profundidad y
sus laderas, de elevadas pendientes, caen desde esta cima hasta las llanuras
abisales situadas a 4.000 metros de profundidad.
El principal valor ecológico identificado en el área son los
arrecifes que incluyen los corales blancos de aguas frías de las especies Lophelia pertusa y Madrepora oculata situados
en las arenas de la cima del banco, entre 780 y 1.000 metros, en forma de
manchas dispersas, y en la cima rocosa del monte Rucabado, en forma más densa,
así como las comunidades mixtas formadas sobre roca profunda por estas mismas
especies junto con corales bambú, corales negros, gorgonias, escleractinias
solitarias y esponjas de gran porte.
El relieve de esta montaña submarina modifica las corrientes
de fondo, haciendo que las aguas profundas asciendan cargadas de nutrientes.
Este enriquecimiento de las aguas sobre el banco permite una elevada
productividad, que junto a la cantidad de ambientes presentes en la ladera del
banco crean un verdadero oasis de biodiversidad en medio del mar, lo que favorece la presencia de diferentes especies
de cetáceos, como el delfín mular, tortugas y aves marinas como el paíño de
Madeira.
han sido identificadas y catalogadas. Especies vulnerables como los tiburones, grandes depredadores de crecimiento lento, también son frecuentes en las aguas y fondos del monte submarino.
Debido a la lejanía del banco respecto de los principales
focos de presión, el grado de conservación es muy alto. A pesar de que se trata
de un lugar alejado del impacto directo que producen las actividades humanas,
la gestión adecuada de actividades como la pesca, el tráfico marítimo y el
posible tendido de cables submarinos es vital para prevenir la generación de
graves impactos que modifiquen las condiciones oceanográficas o alteren la
biodiversidad.
Por todos estos motivos, con la propuesta de Lugar de
Importancia Comunitaria (LIC) a nivel europeo queda protegida, gracias a los
resultados del proyecto LIFE+ INDEMARES, una superficie de más de un millón de
hectáreas de alto valor ecológico.
Fuente: Fundación Biodiversidad / LIFE-Indemares
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