Un día como hoy, 10 de mayo de 1739, los pescadores del
puerto de Vigo tuvieron un encuentro con un misteriosos ser marino. El diario
irlandés Belfast Newsletter recoge la
noticia en su edición del día siguiente.
El monstruo, llamado Merman
por el autor de la noticia, fue capturado por algunos pescadores de la ciudad.
Su descripción es bien extraña: medía aproximadamente 1, 70 metros desde sus
pies a la cabeza, provista de una larga barba y bigotes. Su piel era negra y
algo peluda.
El Merman tenía un
cuello muy largo, brazos cortos y manos muy largas y exageradamente grandes en
proporción a su cuerpo, con largos dedos, como los de un hombre y con las uñas
en forma de garra.
Los dedos de los pies también eran muy largos y parecidos a
los pies de un pato, con aletas en la zona del talón que parecían “las alas con las que los pintores
representan al dios Mercurio en sus cuadros”. Para rematar la extraña
morfología de este monstruo marino, en el extremo inferior de su espalda tenía
una aleta de unos 30 cm de largo por 40 de ancho.
Desconocemos qué fue del ser, si fue devuelto nuevamente al
mar o se conservó durante algún tiempo en el puerto. La noticia no arroja más
luz pero, curiosamente, Vigo cuenta –entre sus muchos atractivos para
el visitante- con la presencia de una estatua dedicada al Merman…o al Sireno, como
es conocido en el lugar.
El Sireno, de Francisco Leiro |
Este Sireno es un
punto de referencia básico de la ciudad. Obra del escultor gallego
Francisco Leiro, fue
instalado en la Porta do Sol en 1991 y representa un
híbrido entre un humano y un pez. Elevado a 13 metros de altura sobre un
pedestal hecho con dos columnas de granito negro pulido, este ser imaginario (o
no) mira fijamente hacia el mar, tal vez recordando un tiempo en el que su
morada se encontraba allí…
¿Conocía el artista la vieja historia recogida en el diario
irlandés? ¿Qué fue lo que vieron los pescadores del puerto de Vigo? ¿Un Sireno, tal vez...?
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