Bucardo en Ordesa. Foto: Bernard Clos |
Un grupo de 36 prestigiosos científicos pertenecientes a The
Long New Foundation acaba de presentar un proyecto que pretende devolver a la
vida 24 especies animales extinguidas.
El anuncio se produce después de dos reuniones que tuvieron
lugar en la Universidad de Harvard (en febrero de 2012) y en la sede de la
National Geographic Society en Washington (en octubre de 2012).
Los expertos, que
trabajan en técnicas genómicas para revivir especies ya desaparecidas, pretender
poner en común los avances de la biología molecular con los de la biología de
la conservación.
Según la especie de que se trate, los científicos planean
tres técnicas distintas para intentar recuperarlas. La primera sería realizar
un proceso de “des-evolución” a
partir de una especie existente. Como argumentan, a lo largo de nuestra
historia, los humanos hemos “guiado”
la evolución de muchas especies (como por ejemplo, las vacas) escogiendo para
la reproducción los ejemplares que más nos convenían. Ahora se trataría de
hacer lo mismo, pero en dirección contraria. Se trata de una posibilidad no exenta
de polémica, desde luego, pues se pretende revertir la línea evolutiva.
El grupo de científicos, entre ellos el español Fernández-Arias, segundo por la derecha de la tercera fila. |
La segunda opción intentaría la clonación a partir de tejidos que se conserven de la especie
extinta, combinándolo con óvulos que puedan implantarse en una especie actual
evolutivamente cercana. Esta técnica fue la utilizada en 2003 para intentar
recuperar el bucardo (Capra pyrenaica pirenaica)
en España.
La tercera vía sería la de utilizar técnicas avanzadas de
manipulación y modificación genética como las que desarrolla George M. Church
en la Universidad de Harvard, que ha logrado sustituir genes de especies vivas
por sus equivalentes en especies extintas.
Hasta el momento, el mayor éxito al intentar revivir una
especie extinguida lo ha logrado un equipo español. En la reunión, Alberto
Fernández-Arias, director del Servicio de Caza, Pesca y Medio acuático del
gobierno de Aragón, explicó el trabajo que realizó en 2003 para clonar una
subespecie extinta de cabra montés española, llamada bucardo o cabra montés
pirenaica.
En 1999, el último bucardo, una hembra llamada Celia, fue capturado en el Parque
Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Parte del tejido de la oreja se crioconservó
en nitrógeno líquido, y el bucardo fue devuelto a su hábitat natural. En 2000,
fue encontrado muerto bajo un árbol caído. El bucardo se había extinguido
oficialmente.
En 2003, un equipo codirigido por el Dr. José Folch y el
propio Fernández-Arias, intentó clonar a Celia,
transfiriendo su ADN en óvulos enucleados de cabras domésticas para
después implantar los embriones en las
cabras madres sustitutas. Los embarazos de mayor éxito fueron los híbridos
desarrollados a partir de un cruce entre cabra montés y cabra doméstica. Una gestación
llegó a término y un bucardo bebé nació por cesárea. El análisis genético
mostró que era un miembro vivo de la especie extinta.
Fuente: público.es |
Por desgracia, el bebé bucardo vivió tan solo diez minutos,
sucumbiendo a una malformación pulmonar, un problema común en los experimentos
de clonación. Los avances biotecnológicos de la última década hacen pensar que
este problema no se repetiría si el experimento volviese a realizarse hoy. La historia completa sobre el bucardo fue publicada en
nuestro blog cuando se cumplía el aniversario de la desaparición de Celia. Puede leerse a través de este enlace .
La lista completa de las especies susceptibles de ser
recuperadas entre las que se encuentran –además del bucardo- el tilacino y el
dodo, puede consultarse en este link de la propia fundación.
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