La asociación ecogastronómica Slow Food ha adquirido 22 de estos ejemplares y los ha trasladado hasta Vilanova de Meià, en la Noguera, para impulsar un proyecto de conservación y reproducción de la especie que permita garantizar su continuidad.
Según esta entidad, el principal objetivo en esta primera fase del proyecto es lograr que las cabras se adapten a su nuevo hábitat, ya que ahora pasarán más tiempo en la granja que pastando en la montaña.
Superada esta fase, está previsto iniciar un proceso de cría y selección de los mejores ejemplares para, después, estudiar la calidad de la leche de estas cabras y también sus aptitudes de cara a la gestión forestal.
Slow Food también ha lanzado la campaña Apadrina una cabra, para recuperar esta especie autóctona. El proyecto cuenta con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente, que destinará cerca de 30.000 euros anuales durante los dos primeros años, lo que supone aproximadamente la mitad de los gastos previstos. La otra mitad será financiada por las aportaciones de los internautas interesados en el proyecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario