La noche del pasado sábado día 5, Miguel –un vecino de El
Campello, Alicante- paseaba con su perro por la playa de l'Amerador cuando
junto a la orilla vio lo que parecía ser un gran trozo de plástico. Al
acercarse descubrieron que se trataba realmente de un extraño animal marino.
Miguel, que ha sido pescador, afirma que «en
mi vida había visto algo igual. No tenía escamas, sino pelo, era completamente
blanco y de enormes dimensiones, y parecía que acababa de morir». El animal,
de unos seis metros de longitud, tenía
además lo que parecían ser dos cuernos.
Tras el hallazgo de El Campello, el Institut d'Ecologia
Litoral ha investigado los restos hallados. Tras el análisis, informan que
podría tratarse del esqueleto de un tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), una
especie que puede alcanzar los 10 metros de envergadura. Su estado de
descomposición era tan avanzado que sólo quedaba la columna vertebral y grasa
adherida.
Las mismas fuentes señalaron que lo más difícil «ha sido resolver qué eran esa especie de
cuernos, que
daban pie a todo tipo de imaginaciones mitológicas. En realidad no
eran los cuernos, sino de una especie de esqueleto interno formado por la
escápula (similar a nuestra clavícula) y el coracoides, que en estos animales
está fusionado, teniendo un aspecto de cuerno, y cuya función es servir de
sujeción a los músculos que moverían las enormes aletas pectorales de estos
tiburones. Así lo que se ha encontrado corresponde con la columna vertebral
-sin el cráneo-, con los restos de la escápula -los cuernos-, cuya orientación
es hacia abajo».
Foto: Fernando Gomis |
Recordamos que, a mediados del pasado mes de agosto,
aparecieron unos restos similares en la pedanía almeriense de Villarico,
noticia que recogimos en el blog y que puede consultarse aquí .
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