Y lo han hecho al detectar la similitud existente entre el caso que aquí les presentamos ( ver artículo ) y diversas leyendas recopiladas en los años 40 del pasado siglo en las zonas de La Serena y de Coquimbo, en el país andino. En concreto, se trata de la historia del Hombre-Perro de cuyas andanzas se hablaba en este lugar costero. Transcribimos el relato de este monstruo chileno, extrayéndolo de las páginas de la obra Coquimbo, un puerto con Historia, publicado en 2006 por el escritor Gonzalo Tapia:
Vista de Coquimbo |
No aparecía todas las noches, pero igual los coquimbanos de la época apenas oscurecía tenían buen cuidado de encerrarse en sus casas, cerrando a machote las puertas. A los dos meses de la primera aparición se tejían las más diversas historias acerca de este personaje que tenía una llamativa particularidad, cuando alguien tenía la mala suerte de atravesarse en su camino, el ente lo tomaba con firmeza y registraba sus ropas sacando de entre ellas todo lo que la víctima portaba de valor, esto fue muy comentado, pero ni siquiera la policía pudo constatar esta "gracia".
Incluso se dijo que el tal monstruo no era varón sino una dama alegre que ofrecía sus servicios en un antiguo prostíbulo llamado El Copacabana y cuyo apodo de la damisela era La Merengue, pero todo eso sólo quedó en los misterios de la leyenda; otros aseguraban que se trataba de un rudo pescador y así no faltaron sospechosos en esta interesante historia que luego de sus andanzas que se extendieron por más de un año, un día desapareció llevándose para siempre el misterio de su identidad.
Gonzalo Tapia |
Revisando viejas crónicas en los diarios porteños de la época El Regional y El Norte, se leen en sus páginas títulos como estos "Anoche otra vez atacó el Hombre Perro, la víctima fue un vendedor viajero, el ataque fue en Freire con Pinto" "Sigue el misterio del Hombre Perro, hace dos noches sus aullidos se escucharon en el barrio Porvenir". "El Hombre Perro no da tregua, ahora visitó la Parte Alta" . De hecho algo pasó, pero nunca el misterio fue descubierto, más quedó este personaje instalado en la historia fantástica de Coquimbo, quizás sin siquiera proponérselo..."
Y hasta aquí la historia de este extraordinario ser. Parece como si , al atravesar el charco, el Perro-culebra de la leyenda española se hubiera transformado en Hombre-perro. Curioso mundo el nuestro...
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