Sirenas del Nuevo Mundo
Los encuentros de Cristóbal Colón y Hernando de Grijalva con estos mitológicos seres
Carlos A.Font Gavira
Historiador
En el panteón de criaturas mitológicas las sirenas ocupan un lugar destacado. Desde la más lejana mitología las sirenas han estado presentes en nuestro imaginario cultural. Los antiguos griegos dieron vida a las sirenas a través de las aventuras de la Odisea. Según el mito las sirenas eran criaturas marinas, conformadas la mitad de su cuerpo como animal y la otra mitad como humano. También poseían un atributo de belleza que usaban para seducir a los hombres de mar. Los rudos marineros, en sus largas travesías, eran encantados por los cantos de sirena y terminaban ahogados en la profundidad del océano. Un significado trágico de la atracción mortífera que siempre ha ejercido el mar entre nosotros.
1.-La decepción de Colón
El primer testimonio moderno de una sirena nos lo brinda Cristóbal Colón. El descubridor (oficial) de América realizó cuatro viajes a América donde tomó notas descriptivas de todo lo que veía. Distancias náuticas, régimen de vientos, vegetación, costumbres de los nativos, animales, … Todo un catálogo de datos reveladores de una nueva realidad que jalonan las páginas del Diario de a bordo de Colón.
Es cierto que muchas impresiones de Colón parecen extraídas de su imaginación como cuando aseguró ver indios con cabeza de perro en las islas del Caribe o una abundancia de oro que nunca existió. Incluso, el 4 de noviembre de 1492, apuntó una revelación sensacional ya que lejos de allí de la isla “había hombres de un ojo y otros con hocicos de perros que comían los hombres, y que en tomando uno lo degollaban y le bebían la sangre y le cortaban su natura.” ¿Alucinación o exageración?
A principios de 1493, en concreto el 9 de enero, Colón escribió la siguiente entrada en su diario: “El día pasado, cuando el Almirante iba al Río del Oro, dijo que vio tres sirenas que salieron bien alto de la mar, pero no eran tan hermosas como las pintas, que en alguna manera tenían forma de hombre en la cara.” ¿Qué criatura divisó el Almirante de la Mar Océana?
En la actualidad existe un consenso en aceptar que el manatí (Trichechus manatus) se encuentra tras el mito de las sirenas. Si vemos un manatí y lo comparamos con la imagen idealizada que nos ha transmitido la mitología diríamos que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Las sirenas de la mitología son bellas, estilizadas y con un punto seductor. Los manatíes son criaturas inofensivas, vegetarianas y mansas pero poco gráciles, lentas y orondas. Entonces, ¿por qué esta comparación entre animal real y criatura fantástica?
En honor a la verdad el manatí muestra algunos rasgos peculiares. Por ejemplo los pechos y glándulas mamarias que posee así como la manera de mantener a sus crías en sus brazos (aletas) mientras flotaban en aguas costeras. Así pues la confusión manatí-sirena surgió en el siglo XVI, se acrecentó en los siglos XVII-XVIII y solo a partir del siglo XIX se empezaron a deslindar ambos términos. Como legado de esta comparación histórico-natural el orden zoológico que incluye a los manatíes (y a sus primos del Viejo Mundo los dugongos) recibió el nombre de los “Sirenios.”
2.-La extraña criatura del Mar de Cortés
Ahora contamos, no con unas pocas líneas de un breve apunte, sino una observación más detallada y acompañada de una descripción minuciosa y, lo más importarte, de sendos dibujos de una extraña criatura.
Hernán Cortés |
Una segunda expedición partió del hoy puerto de Manzanillo el 30 de diciembre de 1533 con dos naves (“Concepción” y “San Lázaro”). Ésta última estaba bajo el mando del Capitán Hernando de Grijalva (¿Cuéllar?,España s.f./Océano Pacífico,c. 1537) Los barcos se separaron durante la travesía. El “San Lázaro” descubrió las Islas Revillagigedo y continuó explorando las infinitas aguas del Océano Pacífico.
Entre los innumerables legajos del Archivo de Indias, memoria viva de América, encontramos una estampa singular. En una cuartilla de papel aparece representado el dibujo de dos sirenas avistadas durante la expedición de Hernando de Grijalva. La criatura es denominada “hombre marino” y además apunta lo siguiente sobre su curioso comportamiento: “se regocijaba de la misma manera que un mono, zambulléndose y bañándose con las manos, y mirando a la gente como si tuviera sentido.” ¿Qué animal real se halla tras esta vivaracha criatura?
Examinando los dibujos presentados se observan sendas criaturas, de perfil, y mirando hacia la izquierda. En realidad es el mismo dibujo pero con dos diseños. La única diferencia visible entre ambos dibujos es que el primero presenta, a partir del torso, una piel escamada. La cabeza es bastante similar a la humana pero sin pelo aparente ni pabellones auditivos. El hocico es corto, ojos grandes y ovalados.
En el segundo dibujo parece asomar, según mi
interpretación, unos leves bigotes por debajo de la nariz. El cuello es corto y
el pectoral y extremidades bastante similar al humano. Los brazos son,
increíblemente, parecidos a los humanos pero, ojo al dato, poseen cuatro dedos
en la mano derecha y cinco dedos en la mano izquierda. ¿Error o confusión? Tal
vez el término correcto serían aletas (propio tanto de los Pinnípedos como de
los Sirénidos). Las extremidades posteriores acaban en unas bien diseñadas
aletas.
Grijalva retornó al puerto de Acapulco en febrero de 1534 no sin antes explorar las costas del golfo de Tehuantepec (actual México). En su regreso Grijalva y sus hombres volvieron a ver a la extrema criatura, al que llamaban “hombre-marino”. Los datos que aporta en este segundo avistamiento no tienen desperdicio: “El pez que vimos se asemejaba a esto aunque no divisamos si tenía escamas o no, que parecía la color de tonina, lo demás tenía ni más ni menos los brazos e manos monstruosos porque vimos levantarse en aire fuera de la mar.”
Grijalva participó de otras expediciones a la Baja California que
engloba el Mar de Cortés. No es mala zona para encontrar criaturas extrañas o
misteriosas pues alberga una biodiversidad marina apabullante. Se calcula que
el 40% de las especies marinas de todo el mundo se encuentran en el Mar de
Cortés. No extraña que el comandante Jacques Cousteau denominara a este mar
como “el acuario del mundo.”
3.-Candidatos a resolver el enigma del “hombre-pez”
Esqueleto de un manatí. Museo Cívico de Zoología. Roma (Italia).Archivo del autor |
Nutria marina. Foto de Matt Knoth |
Nos
queda un candidato que sin reunir todas las cualidades de la extraña criatura
bien pudiera encajar. El león marino de California (Zalophus californianus), como su nombre indica habita las aguas de
la Coste Oeste de Norteamérica, incluyendo la Península de la Baja California
que exploró Grijalva. En este caso la distribución geográfica de este animal
juega a nuestro favor. El león marino posee un tamaño respetable ya que los
machos pueden alcanzar los 400 kilogramos. Este pinnípedo es muy ágil, gregario
e inteligente. Es muy utilizado en las exhibiciones animales y sus chillidos
vocingleros retumban en los acuarios y zoos de todo el mundo. El león marino
californiano está plenamente adaptado a su entorno, es capaz de aguantar cinco
minutos bajo el agua y bucea a una profundidad de unos 70 metros. Los leones
marinos son muy ágiles en el agua pues moviendo las aletas a modo de remos
pueden alcanzar unos 30 km/h. Demuestran además una gran agilidad en el agua ya
que puede operar giros bruscos que le ayudan a escapar de los depredadores.
Ejemplar de león marino en las costas de California (EE.UU.). Fotografía de Mike Baird. (Bairdphotos.com) |
Este
magnífico animal si parece encajar en la descripción de las extremidades del
dibujo. Si omitimos los cuatro dedos de una de las extremidades que aparece en
el dibujo, el león marino dispone de cinco dedos, el más largo de los cuales es
el pulgar. Las aletas traseras también son visibles, los cinco dedos que
corresponden a los pies son más pequeñas que las anteriores y, a diferencia de
éstas, poseen garras en los tres dedos interiores. En tierra las aletas
posteriores le sirven de apoyo, y en el agua, de timón. Hay una serie de
características morfológicas que difieren del dibujo. El dibujo no presenta
orejas visibles que es un rasgo característico de los leones (y osos) marinos,
aunque muy reducidas. Estos pabellones auditivos son pequeños, están reforzados
con cartílago y poseen músculos propios. También poseen bigotes que son largos
y correosos.
Conclusiones
Hemos obviado un dato que se refiere al color de “la tonina”. Este término es sinónimo de delfín en muchos países de América así que quién sabe si un nuevo cetáceo puede encarnar a las sirenas del Nuevo Mundo.
Más información
-El gran libro de la criptozoología. Gustavo Sánchez Romero, David Heylen y José Gregorio González. Edit.EDAF.2008.
-Dibujo de dos
“sirenas” avistadas durante la expedición de Hernando de Grijalva y Martín de
Acosta por las costas americanas de la Mar del Sur.1533.
-Papel manuscrito,dibujo a pluma. Cuaderno de 4 hojas de 30.5x21,5 cm. ARCHIVO GENERAL DE INDIAS.Sevilla. Patronato.20.N.S.R.7.Incluye MP-ESTAMPAS.2.
-Diario de a bordo. Cristóbal Colón. Arlanza Ediciones.2002.
Nota del autor: las transcripciones de los textos originales del siglo XVI se han adaptado a la escritura actual para su mejor entendimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario