domingo, 17 de noviembre de 2019

Descubren dos nuevos anfibios en la Península Ibérica


Nuestro colaborador, el biólogo Jorge Hernández Carbonell, nos pone tras la pista de esta interesante noticia, en la que dos equipos de investigadores, en los que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), han descubierto dos nuevas especies de anfibios en la Península Ibérica. Se trata del tritón ibérico meridional (Lissotriton maltzani) y el sapo partero mediterráneo (Alytes almogavarii).



Ambas son especies 'crípticas', cuyo aspecto externo es muy similar al de otras con las que están emparentadas y presentan problemas de conservación por lo que aconsejan su inclusión en el catálogo de especies amenazadas.

Los análisis moleculares han mostrado, sin embargo, la existencia de importantes diferencias genéticas que avalan su reconocimiento como especies diferentes, según ha informado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

"La península ibérica es una de las áreas con mayor diversidad de especies de anfibios en toda Europa por su compleja historia geológica y por la larga historia evolutiva de los anfibios en la región, bien ilustrada por un importante registro fósil", según ha explicado el investigador del MNCN Íñigo Martínez Solano.  “La diversidad topográfica y climática de la península han sido el motor de numerosos procesos de aislamiento de diferentes especies animales y vegetales cuya evolución independiente ha dado lugar a la formación de especies endémicas”, continúa.

Lissotriton maltzani

Existe más de una decena de especies de anfibios que solo pueden encontrarse en la península, entre ellas la salamandra rabilarga (Chioglossa lusitanica), el tritón ibérico (Lissotriton boscai), el sapo partero bético (Alytes dickhilleni) o la rana pirenaica (Rana pyrenaica).

Según ha explicado Martínez Solano, "los anfibios se caracterizan porque, en general, su morfología evoluciona muy lentamente, de manera que, aunque a lo largo de su historia como especies independientes acumulen diferencias genéticas con respecto a especies emparentadas, su aspecto general se mantiene bastante similar".

En este sentido, el investigador ha resaltado la importancia de aplicar marcadores moleculares al estudio de la historia evolutiva que "ha revelado la existencia de especies que habían pasado desapercibidas anteriormente", explica Martínez-Solano.

Alytes obstericans almogavarii

Los análisis con datos genómicos de las zonas donde entran en contacto grupos bien diferenciados de estas especies permiten conocer cómo se mantienen separadas. En general, especies bien diferenciadas muestran zonas de hibridación de pocos kilómetros de ancho, lo que evidencia que existe aislamiento reproductivo entre ellas, es decir, que no se reproducen entre sí o, cuando lo hacen, la descendencia es infértil. Por el contrario, la existencia de zonas de hibridación amplias (decenas o cientos de kilómetros) indica que no existen barreras a la hibridación y que el proceso de formación de nuevas especies no se ha completado.

Los estudios moleculares han mostrado que existen zonas híbridas estrechas entre estas dos nuevas especies y otras emparentadas, pero, tanto en el caso del tritón ibérico meridional como en el del sapo partero mediterráneo, las diferencias genéticas son importantes y muestran la existencia de barreras frente a la hibridación, lo que apoya su reconocimiento como especies independientes. 

Nuevamente nos encontramos ante dos especies que presentan áreas de distribución relativamente pequeñas y fragmentadas que afrontan los mismos problemas de conservación que sus especies más próximas, es decir, la destrucción de sus hábitats terrestres y acuáticos, la introducción de especies depredadoras como peces y cangrejos en las charcas donde se reproducen, o la aparición de enfermedades infecciosas emergentes como la quitridiomicosis o la ranavirosis, entre otras”, apunta Martínez Solano. “Ahora que sabemos que están ahí, es importante tenerlas en cuenta en futuras actualizaciones de los catálogos de especies amenazadas y adoptar medidas para mejorar el estado de conservación de sus poblaciones”, concluye el investigador. 

Puedes leer el estudio completo en este enlace

Fuente: mncn.csic.es



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