El biólogo Jorge Hernández Carbonell, habitual colaborador de
Criptozoología en España, nos pone hoy tras la pista de una nueva especie de
insecto palo encontrada en la región de Murcia. El único hábitat conocido en el mundo de la nueva especie de
insecto Pijnackeria barbarae se
encuentra en Sierra Espuña, donde se han descubierto poblaciones por distintas
zonas en las que existen arbustos de escobón, su principal fuente de alimento.
Foto: CARM |
Durante los meses de primavera y verano los arbustos de
escobón o bocha (Dorycnium pentaphyllum) albergan estos insectos en
forma de rama, que pasan los días inmóviles para no ser vistos por los depredadores.
Pijnackeria barbarae es una de las 13
especies de fásmidos que se conocen en la Península Ibérica, comúnmente
denominados "insectos palo".
Esta especie fue descrita en 2013 por científicos italianos, ya que
anteriormente se consideraba que las poblaciones de Sierra Espuña pertenecían a
otra especie ibérica ampliamente distribuida llamada Pijnackeria hispánica.
La especie puede ser de color verde o marrón y las hembras
miden generalmente poco más de 5
centímetros, mientras que los machos son aproximadamente un centímetro más
cortos, pero más esbeltos.
Según Antonio S. Ortiz y Pablo Valero, del Departamento de
Zoología y Antropología Física de la Universidad de Murcia, son insectos
totalmente inofensivos y muy frágiles. Pasan casi todas las horas de luz
inmóviles para confundirse con las ramas de las plantas, mostrando así su
habilidad para el camuflaje. Si tienen que hacer algún movimiento aprovechan la
brisa para balancearse y desplazarse simulando el movimiento de una rama mecida
por el viento.
Aprovechan la oscuridad de la noche para alimentarse y
reproducirse. Las hembras depositan los huevos en el suelo. En primavera surge
una nueva generación de pequeñas ninfas de color verde brillante que miden
aproximadamente un centímetro. Estas se alimentan durante dos meses, sufriendo
varias mudas para crecer y alcanzar la madurez sexual, momento en que buscan
pareja para reproducirse.
Pasadas dos o tres semanas desde la última muda, las hembras
empiezan a depositar los huevos, enterrándolos cerca de las plantas nutricias
durante dos o tres meses hasta que mueren. Los huevos pasan el invierno
protegidos bajo tierra y cuando llega la primavera nacen las ninfas repitiendo
así todo el ciclo vital.
Se trata de una especie endémica de Sierra Espuña cuya
densidad de población no se conoce actualmente, por lo que es importante
protegerla y conservar el hábitat donde crece el escobón en el que desarrolla
su ciclo vital.
Fuente: carm.es
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