jueves, 30 de junio de 2011

Liropus 2000, un robot para descubrir nuevas especies marinas

Liropus 2000. Ese es el nombre elegido para bautizar a un robot pensado para explorar los fondos marinos españoles y descubrir nuevas especies .Un vehículo submarino no tripulado de gran profundidad, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía (IEO), que se estrenará en su primera misión científica examinando la topografía submarina y los procesos dinámicos de los fondos marinos del litoral catalán.


Liropus 2000
El novedoso vehículo, que ha costado cerca de un millón y medio de euros y está dirigido por control remoto, ha sido presentado hoy a bordo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa, perteneciente al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que se encuentra atracado en el puerto de Barcelona.


Esta investigación, que analizará sistemáticamente los fondos marinos del litoral catalán durante las próximas dos semanas ( especialmente las grandes profundidades de los cañones submarinos del Cabo de Creus, Palamós y Blanes ), se enmarca en la campaña oceanográfica Promares-Oasis, que dirige el catedrático y director del Grupo de Investigación de Geociencias Marinas de la Universidad de Barcelona, Miquel Canals.

Canals ha dirigido varios proyectos de geología marina en grandes barcos oceanográficos para estudiar la topografía submarina, el registro sedimentario y el cambio climático en la cuenca mediterránea, el Atlántico y la Antártida. En su opinión, «el objetivo principal ahora es investigar los ecosistemas profundos de los grandes valles submarinos del norte de Cataluña, concretamente los cañones submarinos de Blanes, La Fonera (Palamós) y el cabo de Creus, unos ecosistemas que hoy todavía son esencialmente desconocidos. Por sus dimensiones, proximidad a la costa, gran profundidad, estado de preservación del ecosistema y por los recursos pesqueros que acogen, estos valles submarinos constituyen un ambiente único y excepcional que hay que conocer. Son, en definitiva, una riqueza para nuestro país».

B/O Sarmiento de Gamboa
También participan en esta campaña expertos del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, de la Unidad de Tecnología Marina del CSIC, de la Dirección General de Políticas Ambientales del Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña y del Instituto Español de Oceanografía, propietario del vehículo robotizado.

El robot - cuyo nombre hace referencia a un crustáceo ciego que vive en las profundidades marinas de El Cachucho, frente a Avilés - puede explorar fondos situados entre 2.000 y 3.000 metros de profundidad. Según fuentes del IEO,  permite filmar el fondo marino gracias a un complejo sistema de seis cámaras, entre ellas una de alta definición y otra de baja luminosidad, y a un potente sistema de iluminación.

Este sistema permite observar directamente los hábitats y las comunidades biológicas en su estado natural y apreciar su estructuración y sus características ecológicas fundamentales, sin producir impactos ni dañar el ecosistema. Además, el vehículo está dotado de unos brazos hidráulicos robotizados que sirven para tomar muestras de manera selectiva y podrá alcanzar lugares del fondo marino hasta ahora inexplorados.

Esquema de un cañón
submarino
La puesta en acción de este complejo instrumento es de especial importancia en la búsqueda de nuevas especies animales.Así, en su primera inmersión de prueba - realizada hace unos meses en el litoral del Cantábrico - el robot submarino logró catalogar hasta 40 nuevas especies halladas en hábitats profundos, precisamente en El Cachucho.

Dotado con seis motores, el robot submarino - de poco más de un metro de largo y casi media tonelada de peso -  lleva también instrumentos de medición y toma de muestras. Se trata de uno de los once aparatos no tripulados de estas características que hay en el mundo que pueden operar a dicha profundidad.

Tras esta primera misión del Liropus 2000 ya están confirmadas nuevas exploraciones a diversos e interesantes lugares como el Cañón de Avilés, las Chimeneas del Golfo de Cádiz, el Seco de los Olivos en el mar de Alborán, el canal de Menorca, el Banco de la Concepción al norte de Canarias y los de Amanay y Banquete entre Fuerteventura y Lanzarote. ¿ Cuantas especies nuevas habrá catalogado la ciencia tras estos estudios ? Hagan sus apuestas...


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