viernes, 3 de junio de 2011

Descubren dos nuevas especies de escarabajos

Una investigación europea, con participación española, ha descrito dos nuevas especies de escarabajos de pocos milímetros de longitud. Los coleópteros se han hallado en arroyos del Pirineo y pre-Pirineo (de Gipuzcoa a Gerona) y en la Sierra de la Demanda (Burgos). Hasta ahora los expertos pensaban que pertenecían a otra especie europea.

Estas especies, de distribución restringida, se habían confundido con otra europea de distribución más amplia (Hydraena saga) y se había ignorado por tanto su historia evolutiva independiente”, explica Ignacio Ribera, uno de los autores del estudio e investigador del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF) de Barcelona.


Hydraena diazi hembra encontrada en el Valle de Arán.
Imagen de Ignacio Ribera
Hydraena diazi, una de las dos nuevas especies de escarabajos, fue encontrada en el Parque Natural del Montseny (Barcelona). Con una medida de entre 2,2 y 2,4 milímetros de longitud, el insecto también habita en los Pirineos y pre-Pirineos, desde Gipuzcoa hasta Gerona, como hemos señalado.

El estudio, que se ha publicado recientemente en la revista Zootaxa, confirma también la existencia de otra nueva especie, Hydraena fosterorum, descubierta en otra cadena montañosa, la Sierra de la Demanda, en Burgos.


Ignacio Ribera

Los individuos de esta especie, que también se encuentran en el norte del Sistema Ibérico (concretamente en la Sierra del Moncayo), miden entre 2,15 y 2,30 milímetros. Según Ribera, ambas especies “son exclusivas de arroyos bien conservados”, y son similares a los insectos pirenaicos.

Lo que caracteriza a los insectos son sus órganos genitales masculinos y sus datos moleculares, además del endemismo de la Península Ibérica. “Lo más probable es que se hayan originado en las mismas zonas geográficas en las que ahora se encuentran, por lo que podemos utilizarlas para reconstruir su historia y biogeografía”, concluye el investigador.

Para realizar la clasificación, los autores utilizaron una combinación de estudios morfológicos y genéticos. Los resultados demuestran que las pequeñas variaciones genéticas existentes entre las nuevas especies y su cercana distribución geográfica concuerdan con el modelo sugerido por Ribera.

La investigación también sostiene que todas las especies –incluidas las dos nuevas–, que pertenecen al grupo de Hydraena emarginata-saga, son el resultado de la fragmentación de un ancestro común, que se expandió por el norte de la Península Ibérica, hace medio millón de años. En la actualidad, los insectos permanecen en sus áreas de distribución originales.

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